España

Cuando voy por la calle, en el metro, en el autobús, y sobre todo cuando voy a Benidorm donde paso algunas temporadas, y observo a las personas de mi alrededor, me pregunto: ¿Quién de todos estos serán comunistas? Y la verdad, confieso que no sabría identificarles. Los que tienen aspecto de serlo son la cantidad de ecuatorianos que trabajan en España. ¡Esos si que tienen pinta de currantes!

Lo que también me extraña, es que conozco a algunos búlgaros, que han vivido el comunismo hasta hace dos días como aquel que dice, tienen un aspecto de personas delicadas y finas, pero de comunistas nada. Seguramente es por la esmerada educación que han recibido, porque lo que hay que reconocer y sin que a nadie le duela, que la diferencia cultural entre un comunista rumano, polaco o búlgaro, a un comunista de Vallecas es muy grande. ¡Donde va a parar la exquisitez de unos y otros!

Sólo me entero que en España hay comunistas cuando entro en algunos foros de Internet, y cuando van con las cacerolas a las manifestaciones. ¡Ah! y también esos famosos que van a que les saquen por la tele en la cabecera de las mismas.

También cada cuatro años observo como van disminuyendo de la vida política española. Hoy me he enterado que un tal Justo Fernández ha dimitido de un cargo de IU.

¡Oigan! ¿Esto de ser comunista en España no será por snobismo?

Yo siempre he creído que los comunistas de verdad iban con alpargatas y tartera con la tortilla de patatas (de un solo huevo) al “curro”, y por eso maldecían a la derecha que les explotaba y no les pagaba un salario digno. ¡Qué va... qué va...! Los comunistas españoles de hoy son señoritos consumidores de los productos “made in Usa”. Y que no se atreva un empresario a contradecirles que le meten “un puro” que le dejan baldao.

¡Qué pena! El comunismo ya no es lo era. Hace unas décadas sólo con oler a un tío los pies, y a una tía el sobacamen, ya sabías que eran “rojos”.

¡Qué me devuelvan mi España, que me la han cambiado!