España
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9.600.000 razones.
Enviado por el día 3 de Diciembre de 2004 a las 18:29
9.600.000 razones
Hay una realidad tan inapelable como indeleble: que casi diez millones de españoles están tan incrustados en las razones del Partido Popular, que nada ni nadie son capaces de desincrustar así se acabe el fin del mundo.
El votante del Partido Popular está tan convencido de que sus dirigentes son personas de tan alta calificación profesional, ética y moral, que a pesar de los fallos y los errores, por otra parte lógicos y humanos que puedan cometer, el fin es el de caminar por los senderos de la dignidad, la decencia, la mesura y la sensatez en todas las actitudes de la vida del ser humano.
Lamentablemente en España existen personas que sus formas de concebir las formas de vida de una sociedad transita por otros caminos muy diferentes, por las vías del libertinaje, de la indecencia y de los ríos revueltos. Son sus únicas formas de circular; sus designios no los contemplan por las avenidas del honor y de la honradez. ¡Qué disparate! Hay que derribar esas barreras propias de una derecha arcaica y trasnochada, son sus consignas. Es como pretender que Drácula comulgara con Dios.
Esas aguas revueltas atraen a muchas personas de buena fe, que creen que llegan a océanos de abundancia y colmo de felicidad, sin saber que llegan a pozos negros en donde caen sin remisión aquellos que esperaban la solución a sus problemas. Afortunadamente muchos consiguen salvarse de los desastres que les esperan, y antes del canto de las sirenas, se dan cuenta del error cometido y vuelven al remanso tranquilo pero seguro del piélago de las personas decentes, dignas y nobles, que como pródigos retornar al verdadero sentido de la vida.
Esos millones de españoles de buena fe que fueron equivocados en unos momentos de incertidumbre abandonaron las sendas de la tranquilidad y el sosiego, pero volverán arrepentidos, con lágrimas en los ojos y el corazón contrito, y serán recibidos con los brazos abiertos por vuestros hermanos que aunque les causó algún dolor en algún momento fue porque nunca les engañaron como los falsos profetas.
Hay una realidad tan inapelable como indeleble: que casi diez millones de españoles están tan incrustados en las razones del Partido Popular, que nada ni nadie son capaces de desincrustar así se acabe el fin del mundo.
El votante del Partido Popular está tan convencido de que sus dirigentes son personas de tan alta calificación profesional, ética y moral, que a pesar de los fallos y los errores, por otra parte lógicos y humanos que puedan cometer, el fin es el de caminar por los senderos de la dignidad, la decencia, la mesura y la sensatez en todas las actitudes de la vida del ser humano.
Lamentablemente en España existen personas que sus formas de concebir las formas de vida de una sociedad transita por otros caminos muy diferentes, por las vías del libertinaje, de la indecencia y de los ríos revueltos. Son sus únicas formas de circular; sus designios no los contemplan por las avenidas del honor y de la honradez. ¡Qué disparate! Hay que derribar esas barreras propias de una derecha arcaica y trasnochada, son sus consignas. Es como pretender que Drácula comulgara con Dios.
Esas aguas revueltas atraen a muchas personas de buena fe, que creen que llegan a océanos de abundancia y colmo de felicidad, sin saber que llegan a pozos negros en donde caen sin remisión aquellos que esperaban la solución a sus problemas. Afortunadamente muchos consiguen salvarse de los desastres que les esperan, y antes del canto de las sirenas, se dan cuenta del error cometido y vuelven al remanso tranquilo pero seguro del piélago de las personas decentes, dignas y nobles, que como pródigos retornar al verdadero sentido de la vida.
Esos millones de españoles de buena fe que fueron equivocados en unos momentos de incertidumbre abandonaron las sendas de la tranquilidad y el sosiego, pero volverán arrepentidos, con lágrimas en los ojos y el corazón contrito, y serán recibidos con los brazos abiertos por vuestros hermanos que aunque les causó algún dolor en algún momento fue porque nunca les engañaron como los falsos profetas.
Re: 9.600.000 razones.
Enviado por el día 3 de Diciembre de 2004 a las 20:12
Castelar: Se me representa Ud. en el púlpito en el papel de indignado pastor de almas descarriadas.
¡Vaya filípica!
¡Vaya filípica!
Re: 9.600.000 razones.
Enviado por el día 7 de Diciembre de 2004 a las 12:41
Estimado Castelar,
Si me permite hacer un comentario a su post, me gustaría expresar, con toda la corrección que me sea posible, mi desacuerdo en relación a un par de puntos. No entiendo el motivo por el que usted se empeña en querer hacernos creer que sólo los simpatizantes/votantes/afiliados al partido popular son gente decente, declarando por el contrario, sin nada que sustente sus afirmaciones, que el resto de personas son indecentes, libertinas, poco honradas y muy deshonestas. Me parece un maniqueísmo poco útil, porque en la viña del señor, y también en las boticas, como suele decirse, hay de todo, como me reconocerá.
Ni me convence usted al declarar que todo pepero es honrado y decente, ni que el resto son unos impresentables.
Espero no haberle importunado con mi comentario, pero creía necesario hacerle llegar mis consideraciones, no fuera a pensar usted que, ante la falta de respuestas, htodo el mundo mundial estaba de acuerdo con usted y compartía su opinión. Seguro que usted comprende, con su amplitud de miras, que haya alguien que pueda estar en desacuerdo, y que de buena fe se lo diga a usted, sin por eso presuponer que le está descalificando personalmente.
Reciba de mi parte un saludo cordial.
Si me permite hacer un comentario a su post, me gustaría expresar, con toda la corrección que me sea posible, mi desacuerdo en relación a un par de puntos. No entiendo el motivo por el que usted se empeña en querer hacernos creer que sólo los simpatizantes/votantes/afiliados al partido popular son gente decente, declarando por el contrario, sin nada que sustente sus afirmaciones, que el resto de personas son indecentes, libertinas, poco honradas y muy deshonestas. Me parece un maniqueísmo poco útil, porque en la viña del señor, y también en las boticas, como suele decirse, hay de todo, como me reconocerá.
Ni me convence usted al declarar que todo pepero es honrado y decente, ni que el resto son unos impresentables.
Espero no haberle importunado con mi comentario, pero creía necesario hacerle llegar mis consideraciones, no fuera a pensar usted que, ante la falta de respuestas, htodo el mundo mundial estaba de acuerdo con usted y compartía su opinión. Seguro que usted comprende, con su amplitud de miras, que haya alguien que pueda estar en desacuerdo, y que de buena fe se lo diga a usted, sin por eso presuponer que le está descalificando personalmente.
Reciba de mi parte un saludo cordial.