España

Con bastante fastidio tendré que seguir marcando la casilla de la Iglesia Católica en la declaración de la renta. Se diga lo que se diga en el foro (quiero decir, al modo del foro romano) es incompatible ser liberal (filosóficamente, no sólo en lo económico) y católico. La irrenunciable defensa del derecho de libertad religiosa (de todas las religiones, incluidas las que se ha dado en llamar destructivas, que para una persona no religiosa no lo son ni más ni menos que las "otras") no se contradice con el hecho de que, para un liberal, la liberta individual está muy por encima de la opinión de cualquier Dios (en el que caso de que existiera alguno, cosa irrelevante para quien opta, ante todo, por su libertad). Pero si la elección está entre la Iglesia Católica y la Organizaciones Netamente Gubernamentales, si hay que elegir entre la Conferencia Episcopal y esa pandilla de nostálgicos del "camarada" Estalin, que nos gobierna hoy gracias a la inestimable ayuda de los miserables infelices a los que mandaron a poner las bombas en las estaciones de Madrid, si no queda más opción que tomar partido entre don Joseph Ratzinguer y esa versión desvaída de doña Dolores Ibárruri que hemos de padecer como secretaria de Estado de Asuntos Sociales, si, en fin, tomamos en consideración el consejo doña Amparo Valcarce, ¿qué se puede hacer sino marcar la casilla de la iglesia? Así lo haré, efectivamente. ¡Qué remedio!
artafernes