España
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El Argentino
Enviado por el día 13 de Diciembre de 2003 a las 23:55
Esto lo encontre en la revista Perfiles,espero les guste.Opiniones??
No podemos permitir que la rancia derecha ultraconfesional del PP se apodere de la etiqueta liberal, ni que los únicos defensores del liberalismo cívico sean los partidos neomarxistas cuyo terrible intervencionismo ya hemos padecido.
Por un nuevo partido liberal
España necesita un nuevo partido liberal. El estancamiento de la política española en torno a dos enormes partidos cada día más similares entre sí hace inevitable la conclusión de que ha llegado el momento de que los liberales españoles se reúnan en torno a una fuerza política nueva y distinta, capaz de recuperar la ilusión perdida por muchos ciudadanos.
Alejo Burgos
Los liberales españoles no nos sentimos representados por los principales partidos políticos. Aquellos liberales que priman sobre todo los aspectos económicos del liberalismo suelen votar como mal menor al Partido Popular (conservador) de José María Aznar. Aquellos que dan prioridad a los aspectos cívicos del liberalismo (derechos individuales, libertades públicas, secularización real del Estado, profundización de la democracia, privatización de la moral) suelen votar a regañadientes a los partidos de izquierda. Y los que no priorizamos nada sino que queremos un avance real del liberalismo en su conjunto, no votamos desde hace mucho. El liberalismo nos parece indivisible.
El feroz bipartidismo del PP y del PSOE es una consecuencia directa de lo injusto del sistema electoral, que en la práctica elimina a los partidos pequeños a menos que logren concentrar todos sus votos en unas circunscripciones concretas. La inexistencia de una lista electoral común a todo el país, de la cual se asigne una parte de los escaños complementando el voto territorial, hizo que hace años desapareciera el partido “más o menos” social-liberal que había, el CDS del expresidente Suárez, por tener “sólo” medio millón de votos. En esa mismas elecciones hubo partidos con menos votantes que sí obtuvieron escaños, y hubo uno que obtuvo cuatro escaños y grupo parlamentario propio con unos ciento cincuenta mil votos, pero todos agrupados en dos provincias.
Este marco jurídico-electoral dificulta sobremanera las posibilidades de un nuevo partido liberal, pero quizá por ello sea más necesario que nunca. No podemos permitir que la rancia derecha ultraconfesional del PP se apodere de la etiqueta liberal, ni que los únicos defensores del liberalismo cívico sean los partidos neomarxistas cuyo terrible intervencionismo ya hemos padecido. Hace falta un partido liberal, también, porque el debate político está enquistado y los dos grandes partidos están presos de un consenso forzado que ya es necesario desactivar. Hay varios asuntos “de Estado” (algunos temas de política exterior, el desmantelamiento del fracasado sistema estatal de pensiones, la corrección del rumbo europeo, la necesidad de federalizar la administración, etc.) que requieren una voz nueva y valiente capaz de decir y proponer lo que ni unos ni otros se atreven. Hoy el liberalismo no está en medio entre la derecha y la izquierda, está delante, como alternativa a ambas.
Un nuevo partido liberal español debe ser profundamente respetuoso con los sentimientos de las diversas comunidades nacionales que componen un país extraordinariamente heterogéneo y complejo, o dentro de unos años se fracturará sin más. Un nuevo partido liberal debe representar una firme alternativa aconfesional frente a la enorme recuperación de poder por parte de las órdenes y grupos más “ultras” del catolicismo, infiltrados en los dos grandes partidos y principalmente en el PP. Un nuevo partido liberal debe ser el partido del individuo, un partido rabiosamente moderno y anticolectivista que ilusione a la juventud y promueva los derechos elementales pisoteados a determinados grupos, como el de gays y lesbianas. Un nuevo partido liberal debe defender la autonomía del ser humano hasta las últimas consecuencias, lo que implica una clara posición favorable al aborto y la eutanasia como decisiones íntimas y unilaterales de la persona afectada. Un nuevo partido liberal debe ser el primero en promover una eliminación paulatina de muchos impuestos, simplificando la tributación en dos o tres categorías y haciéndolas proporcionales, no “progresivas”. Un nuevo partido liberal tiene que denunciar la falacia del Pacto de Toledo (por las pensiones públicas) de la que son cómplices los demás partidos y sindicatos, y exigir un sistema de capitalización individual para la jubilación y para el desempleo. Un nuevo partido liberal debe atreverse a exigir el desmantelamiento del ruinoso Estado de bienestar y la implementación de sistemas de “vouchers” para la educación y la sanidad. Un nuevo partido liberal tiene que consagrar en la Constitución misma el derecho que nos asiste a un tope tributario y de endeudamiento público que ningún gobierno pueda transgredir.
Con estas ideas y otras muchas, todas ellas alternativas al aburrido bipartidismo de esas dos grandes máquinas de desilusión que son el PP y el PSOE, creo tenemos mucha munición para hacer viable un nuevo partido liberal en España.P
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Alejo Burgos es politólogo y consultor de empresas español.
Imagen: © Archivo / Perfiles.
