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El cubo de la basura debe verterse en el vertedero
Enviado por el día 6 de Enero de 2005 a las 20:09
EL `ALMA MATER´ DE CRÓNICAS MARCIANAS NO LAS TIENE TODAS CONSIGO ESTA TEMPORADA: SARDÝ ES RECRIMINADO HASTA POR SU CÝRCULO DE AMIGOS
El presentador de Crónicas Marcianas, Xavier Sardá, no las tiene todas consigo en la nueva etapa que comienza este año. A la pérdida de share en la franja horaria nocturna, se une una cuestión personal: sus propios amigos son sus más acerbos críticos.
Una pequeña anécdota puede ilustrar la travesía del desierto que está viviendo en estos momentos el periodista catalán. Recientemente, Sardá requirió a varios y viejos amigos suyos, en diversas ocasiones, su opinión sobre el programa televisivo.
En una de las ocasiones, uno de sus interlocutores, aclarando que le hablaba como amigo, le respondió que era el ejemplo perfecto de la telebasura, respuesta que al ídolo mediático le pareció fuera de lugar. “¿Cómo puedes decir eso?”, replicó Sardá.
Al parecer, el presentador está convencido de que el ahora presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y por extensión el PSOE, debe parte de su éxito en las urnas a la labor opositora que Crónicas Marcianas realizó con el Ejecutivo de José María Aznar, que cayó en desgracia por sus lacerantes críticas.
La teoría de Sardá es muy simple: durante varios meses, abrió su programa con un alegato contra la actuación del Gobierno en el hundimiento del Prestige y contra la guerra de Iraq. “¿Cómo se puede decir que eso sea telebasura?”, argumentaba el polifacético showman catalán como réplica a las objeciones de sus amigos.
El caso es que ninguno de los próximos ha refutado a Sardá la bondad de su postura, sino que pusiese estas “loables” intenciones al mismo nivel que personajes de baja estofa, que restaban toda credibilidad a sus mensajes editoriales. Pero a él, como rey televisivo de la noche, no le sienta nada bien que le digan lo que no quiere oír.
El presentador de Crónicas Marcianas, Xavier Sardá, no las tiene todas consigo en la nueva etapa que comienza este año. A la pérdida de share en la franja horaria nocturna, se une una cuestión personal: sus propios amigos son sus más acerbos críticos.
Una pequeña anécdota puede ilustrar la travesía del desierto que está viviendo en estos momentos el periodista catalán. Recientemente, Sardá requirió a varios y viejos amigos suyos, en diversas ocasiones, su opinión sobre el programa televisivo.
En una de las ocasiones, uno de sus interlocutores, aclarando que le hablaba como amigo, le respondió que era el ejemplo perfecto de la telebasura, respuesta que al ídolo mediático le pareció fuera de lugar. “¿Cómo puedes decir eso?”, replicó Sardá.
Al parecer, el presentador está convencido de que el ahora presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y por extensión el PSOE, debe parte de su éxito en las urnas a la labor opositora que Crónicas Marcianas realizó con el Ejecutivo de José María Aznar, que cayó en desgracia por sus lacerantes críticas.
La teoría de Sardá es muy simple: durante varios meses, abrió su programa con un alegato contra la actuación del Gobierno en el hundimiento del Prestige y contra la guerra de Iraq. “¿Cómo se puede decir que eso sea telebasura?”, argumentaba el polifacético showman catalán como réplica a las objeciones de sus amigos.
El caso es que ninguno de los próximos ha refutado a Sardá la bondad de su postura, sino que pusiese estas “loables” intenciones al mismo nivel que personajes de baja estofa, que restaban toda credibilidad a sus mensajes editoriales. Pero a él, como rey televisivo de la noche, no le sienta nada bien que le digan lo que no quiere oír.
