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Los "paños calientes" de Zapatero
Enviado por el día 13 de Enero de 2005 a las 12:23
Los “paños calientes” de Zapatero.
Hoy a las tres y media, y como está previsto, el señor Zapatero diga no al plan Ibarretxe, y le notificará la improcedencia de la consulta popular en el País Vasco sobre el mismo bajo pena de incurrir en delito.
Y yo me pregunto: ¿Es que hay que recorrer este largo camino para llegar al mismo sitio que llegó el señor Aznar? ¿O es que le gusta vacilar con el contrario al señor ZP?
Todos los asuntos se pueden dialogar en razón de una circunstancias que son admisibles y razonables, pero lo que nunca se puede dialogar es el hendimiento de las estructuras fuera de ellas. O dicho de otra forma: Llegar al entendimiento o al cambio de las mismas siguiendo los procedimientos que nos obligan a todos, por lo tanto, si hay que cambiar los modos, cambiémoslos con el consenso de todos, no por la conveniencia de unos pocos.
El señor Zapatero dirá que no al señor Ibarretxe. Ignoro si se lo dirá sonriendo o con el semblante serio; pero lo que si estoy seguro que a Ibarretxe no le va a hacer ninguna gracia. Lo que pase después del no de ZP pertenece a la segunda parte de este folletín.
CASTELAR
Hoy a las tres y media, y como está previsto, el señor Zapatero diga no al plan Ibarretxe, y le notificará la improcedencia de la consulta popular en el País Vasco sobre el mismo bajo pena de incurrir en delito.
Y yo me pregunto: ¿Es que hay que recorrer este largo camino para llegar al mismo sitio que llegó el señor Aznar? ¿O es que le gusta vacilar con el contrario al señor ZP?
Todos los asuntos se pueden dialogar en razón de una circunstancias que son admisibles y razonables, pero lo que nunca se puede dialogar es el hendimiento de las estructuras fuera de ellas. O dicho de otra forma: Llegar al entendimiento o al cambio de las mismas siguiendo los procedimientos que nos obligan a todos, por lo tanto, si hay que cambiar los modos, cambiémoslos con el consenso de todos, no por la conveniencia de unos pocos.
El señor Zapatero dirá que no al señor Ibarretxe. Ignoro si se lo dirá sonriendo o con el semblante serio; pero lo que si estoy seguro que a Ibarretxe no le va a hacer ninguna gracia. Lo que pase después del no de ZP pertenece a la segunda parte de este folletín.
CASTELAR