España

Bilbao. 23 de enero, 2005. La manifestación, convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que ayer reunió en Madrid a más de 50.000 personas, bajo el lema “Memoria, dignidad y justicia para las víctimas del terrorismo”, ha constituido un incuestionable acto democrático frente al terrorismo que azota a nuestro país.

El FORO ERMUA, que secundó dicha manifestación y a la que asistieron numerosos miembros y colaboradores de esta plataforma cívica, quiere manifestar su condena por el lamentable incidente de agresión al Ministro de Defensa, José Bono, por parte de un reducido número de personas intolerantes y violentas. Además, entendemos que estos comportamientos son doblemente incomprensibles por dirigirse a una persona, como es nuestro Ministro y amigo José Bono, que siempre ha demostrado su apoyo a las víctimas del terrorismo y su firmeza en la defensa del marco constitucional y del Estado de Derecho.

Ahora bien, como testigos presenciales, queremos dejar constancia de que este incidente no fue, en absoluto, significativo del clima general que se percibió en aquella gran muchedumbre, que desbordó la calle Alcalá, entre la plaza de Cibeles y la Puerta del Sol. El poder de convocatoria de la AVT, con tan pocos medios y tantas dificultades, fue quizá subestimado por las autoridades y no se previeron las medidas de seguridad que son imprescindibles en toda gran aglomeración. Por otro lado, es preciso reconocer que -por desgracia- estos comportamientos reprobables han venido ocurriendo con ocasión de movilizaciones -legítimas o no- en diversas partes de España, particularmente en el País Vasco.

Durante los pasados 25 meses, todos hemos sido testigos de cómo ciertas fuerzas políticas y grupos profesionales han alentado, justificado, cuando no directamente organizado, situaciones similares a la que hoy todos lamentamos. Desafortunadamente, hemos visto insultar y agredir a ministros del anterior Gobierno de España, a cargos públicos y a miembros de partidos probadamente democráticos. Sostener, ahora, que estos hechos no “habían ocurrido en la España democrática” es sencillamente faltar a la verdad y desdibujar el decisivo contenido humano y político de esta significativa manifestación de la AVT.

Ni el Gobierno, ni las fuerzas políticas democráticas deben escudarse en el reprobable incidente ocurrido para no escuchar el mensaje lanzado ayer en Madrid por una buena parte de la sociedad. Las dos exigencias primeras las concretó, explícitamente, el presidente de la AVT, José Alcaráz, en la Puerta del Sol: 1) el cumplimiento íntegro de las penas para los terroristas de todo tipo que no demuestren su arrepentimiento; y 2) no sobrepasar el reconocimiento a la dignidad y a la justicia que merecen las casi mil víctimas directas de ETA en cualquier posible búsqueda de la rendición de la banda terrorista ETA.