España

Ahí está, Sertress. "Que no empiece por la retirada inmediata del mismo".
El nacionalismo vasco pretende definir el conjunto desde la voluntad de una parte. Así, Ibarretxe, en lugar de convocar como lendakari de todos los vascos a un proceso de reforma estatutaria, ha redactado un plan estrictamente nacionalista ofreciéndolo a una negociación a posteriori con el resto de la sociedad, pero dejando claro que el reconocimiento del ámbito vasco de decisión es innegociable. Casi la mitad de la sociedad vasca --que vota al PSOE y al PP-- se siente protegida y amparada por su pertenencia al Estado español, que frena y mitiga en lo posible las agresiones terroristas de las que es objeto. Y como las cosas son lo que son y no lo que se dice que son, resulta evidente que no es una propuesta de relación amable con España, ni de convivencia entre vascos, sino el inicio de un proceso gradual e irreversible de desconexión con España y de división de la sociedad vasca.
El nacionalismo vasco tiene pleno derecho a proponer lo que ha propuesto, pero no tiene derecho a imponérselo al resto de los vascos ni al Estado español.
Por consiguiente, el rechazo del plan Ibarretxe no es el punto final a nada, sino que ha de ser el comienzo de todo: el inicio de una auténtica negociación primero entre los vascos y luego con el Estado. Hay que preservar el pacto constitucional de 1978. Este pacto importa a todos los vascos, pero es absolutamente esencial para aquella parte de los vascos que ven amenazada día a día su subsistencia y sus derechos en Euskadi. La democracia es palabra y ley. Hay que abandonar las armas, renunciar a la violencia y negociar entre todos, dentro siempre del marco legal.

...porque ya se sabe que a los moros les gustan las berenjenas...

¿La mejor obra literaria en Español?