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El Antiespañolismo en América Latina...
Enviado por el día 15 de Abril de 2006 a las 19:24
Me sorprendo que nadie haya mencionado los antecedentes históricos del antiespañolismo en América Larina. Por lo visto los foristas ignoran esa parte de nuestra historia: http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/92... http://www.arcadi.espasa.com/2005_10_17.php?page=3 observen esto: "El antiespañolismo en América tuvo rasgos paroxísticos, como en Campo Elías, lugarteniente de Bolívar y nacido en España, que rugía: “La raza maldita de los españoles debe desaparecer; después de matarlos a todos, me degollaría yo mismo, para no dejar vestigio de esa raza en Venezuela”. Algo parecido expresan, en definitiva, Sarmiento o Alberdi cuando lamentan que Argentina no hubiera sido colonizada por los daneses o los belgas, con lo cual los mismos Alberdi o Sarmiento –y Argentina—no habrían llegado a existir, fuera ello bueno o no. Para Olmedo, “El Homero americano”, los españoles –es decir, sus progenitores – eran “estúpidos, viciosos, feroces y por fin supersticiosos”. El buen Olmedo debió de ser una feliz excepción.
Francisco Bilbao concluía en “El Evangelio americano” –libro de texto escolar llegó a ser—que el progreso de América del Sur “consiste en desespañolizarse”. Nada más razonable, pues, según el piadoso Bolívar, el imperio español constituía “la tiranía más cruel jamás infligida a la humanidad”, había convertido “la región más hermosa del mundo en un vasto y odioso imperio de crueldad y saqueo”, etc. (Aunque el mismo Bolívar, en un momento de debilidad, asumiría que, con la guerra, la época española, los “tres siglos de cultura, de saber y de industria han desaparecido”) Por lo demás, los republicanos españoles no iban a la zaga a los americanos. Para Pi y Margall, “Nuestras pretendidas glorias no fueron sino una interminable serie de hechos que nos deshonran”; y Cautelar, con mayor lirismo, declamaba” “No hay nada más espantoso, má abominable, que aquel gran imperio español que era un sudario que se extendía sobre el planeta”. Un analítico economista latinoamericano, J. Cecilio del Valle, profetizó alegremente la defunción del idoioma español: “Cada Estado americano tendrá su dialecto: se multiplicarán los... Sigue

Yo me la paso insultando a los españoles a la espera de que alguien diga: "Sí, esos conceptos no son nuevos..." pero me quedo esperando... Estoy leyendo una obra de Baltazar Isaza Calderón, "El español en América", en la que se explica el tamaño abismal que tomó el antiespañolismo en nuestros países durante el siglo XIX, pero parece que ustedes lo desconocen... Mi fingido antiespañolismo parece que es nuevo para ustedes...
Re: El Antiespañolismo en América Latina...
Enviado por el día 15 de Abril de 2006 a las 19:29
Bolívar, por ejemplo, decretó la "guerra a muerte" para "destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles (...) Ni uno solo debe quedar vivo". Trataba de abrir un foso entre éstos y los hispanoamericanos, muy renuentes a seguirle en su lucha independentista. El decreto consiguió su objetivo (aunque de forma parcial: a menudo los bolivarianos obtenían sus "voluntarios" por la pura coerción, encarcelando y llevando atados a los jóvenes. De ahí que emplearan también a mercenarios ingleses, norteamericanos y otros). Panegiristas de Bolívar siguen tomando esa guerra de exterminio por "su mayor timbre de gloria". Pero el coste fue terrible: las matanzas de prisioneros y civiles nacidos en España se multiplicaron, y, con las represalias españolas, dieron a la lucha un carácter terrorista que marcaría la política de aquellos países mucho después de la independencia. Explicaba el libertador a un corresponsal inglés: "El objeto de España es aniquilar al Nuevo Mundo y hacer desaparecer a sus habitantes, para que no quede ningún vestigio de civilización (…) y Europa solo encuentre aquí un desierto. (…) Perversas miras de una nación inhumana y decrépita". El propio Bolívar, cada vez más adusto y sombrío, escribirá: "No confío en el sentido moral de mis compatriotas", y confesará a Santander: "Amigo, no es sangre lo que fluye por nuestras venas, sino vicio mezclado con miedo y horror"; aunque la desmoralización se debía mucho a los modos de la guerra por él desatada (Santander había ordenado, entre otras, una matanza de 36 oficiales españoles prisioneros, previamente perdonados por Bolívar. "Me complace particularmente matar a todos los godos", dijo otra vez. Un presente que le recordó el indulto, fue también fusilado sobre el terreno).

Re: Re: El Antiespañolismo en América Latina...
Enviado por el día 15 de Abril de 2006 a las 19:31
Aunque españoles de origen, los independentistas se proclamaron extraños herederos de la América precolonial, cuya tradición decían defender contra España. Los indios, desde luego, apenas se llamaron a engaño y en aquellas guerras permanecieron pasivos o respaldaron a Madrid, siendo por ello masacrados en varias ocasiones. Ya independientes, los indios mejicanos fueron despojados de su tierras, poseídas colectivamente, y peor pasó en Argentina. Sarmiento, educador de este país según opinión extendida, hablaba con sinceridad cuando trataba a los mapuches de "indios asquerosos, a quienes habríamos hecho colgar y mandaríamos colgar ahora" (no era menos claro con los gauchos: "No trate de economizar sangre de gauchos —recomendaba al general Mitre—. Este es un abono que es preciso hacer útil al país"). Al igual que en USA, los indios argentinos fueron acosados y exterminados.

Bolívar pensó en un protectorado británico sobre los nuevos países —rehusado por Londres—, y auguró que le sucedería "un tropel de tiranos" y nuevas guerras civiles. Al otro extremo de Suramérica, Sarmiento comentaba treinta años después de la independencia: "Véase tanta inconsciencia en las instituciones de los nuevos Estados, tanto desorden, tan poca seguridad individual, tan limitado en unos y tan nulo en otros el progreso intelectual, material o moral de los pueblos, que los europeos (...) miran a la raza española condenada a consumirse en guerras intestinas, a mancharse con todo género de delitos y a ofrecer un país despoblado y exhausto como fácil presa a una nueva colonización europea". El precursor de los libertadores, Francisco de Miranda, al ser entregado por Bolívar a los españoles, a cambio de un pasaporte, había hecho su célebre frase: "Bochinche, bochinche. Esta gente no es capaz sino de bochinche". Miranda, hombre muy notable y culto, oficial del ejército español y del revolucionario francés, viajero por Estados Unidos, Francia, Rusia, etc., había sido también agente pagado por Londres (con 1.000 libras anuales) para socavar el imperio español. El liberalismo conservador tenía más afinidad con la tradición inglesa que el jacobino, pero éste convenía a los intereses del imperio británico(2).