Hispanoamérica
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Barreto, el bufón del pueblo.
Enviado por el día 24 de Agosto de 2006 a las 22:01
¿Qué habría ocurrido si algún funcionario público no oficialista hubiera protagonizado un espectáculo tan sucio y tan bajo como el que llevó a cabo el doctor Barreto? A buen seguro la Asamblea Nacional, suspendiendo sus vacaciones, habría dedicado una sesión a responder insulto por insulto y a producir al final una resolución condenando “enérgicamente” al interfecto.
Por supuesto que el Fiscal ya habría amenazado con abrir juicio y el Defensor del Pueblo también se habría sumado al coro de “condenadores”. Sin duda alguna el MVR como partido y sus satélites habrían emitido los respectivos comunicados de protesta y la televisión habría sido tomada por los albornoces, ísmaeles y williams lara de todo jaez para expresar su “repudio”.
Pero no es eso lo que ha ocurrido. La Asamblea está de vacaciones y por tanto muda. El Fiscal divaga sobre la procedencia “jurídica” de una eventual expropiación de los campos de golf de La Lagunita, pero “no vio ni oyó” al doctor Barreto. No puede, por tanto, pronunciarse sobre ello.
El Defensor del Pueblo dice que eso no es con ellos, porque cuando un dirigente político mentó la madre al Presidente en TV, el Poder Moral no se pronunció y por tanto no tiene porque hacerlo ahora.
Ergo, es lo mismo un ciudadano particular que incurre en el despropósito de agraviar al Presidente que un funcionario público de muy alta investidura que dedica un discurso entero a insultar, con las mayores bajezas y burdas groserías, a otros funcionarios en un acto público de carácter oficial.
Tan indigna como la conducta del doctor Barreto es la del doctor Mundaraín, más que nunca merecedor del apelativo con el cual le designa el común: defensor del puesto.
El MVR, Podemos y el PPT van a “investigar”.
¿Qué van a investigar? Lo que ocurrió fue visto por millones de personas a través de la televisión.
Pero es una manera de escurrir el bulto y hacerse los locos. “Dentro de la revolución todo, fuera de ella, nada”. Dentro de la revolución un Barreto desaforado, brutal, con la “valentía” que le da saberse rodeado de guardaespaldas y frente a un público que eventualmente habría podido linchar a quienes agredía, puede permitirse ese proceder obsceno y cobarde. Fuera de la revolución, cualquier conducta similar habría merecido hasta cárcel para su actor. Es la Ley del Embudo aplicada por gente que se comporta como malandros.
Por supuesto que el Fiscal ya habría amenazado con abrir juicio y el Defensor del Pueblo también se habría sumado al coro de “condenadores”. Sin duda alguna el MVR como partido y sus satélites habrían emitido los respectivos comunicados de protesta y la televisión habría sido tomada por los albornoces, ísmaeles y williams lara de todo jaez para expresar su “repudio”.
Pero no es eso lo que ha ocurrido. La Asamblea está de vacaciones y por tanto muda. El Fiscal divaga sobre la procedencia “jurídica” de una eventual expropiación de los campos de golf de La Lagunita, pero “no vio ni oyó” al doctor Barreto. No puede, por tanto, pronunciarse sobre ello.
El Defensor del Pueblo dice que eso no es con ellos, porque cuando un dirigente político mentó la madre al Presidente en TV, el Poder Moral no se pronunció y por tanto no tiene porque hacerlo ahora.
Ergo, es lo mismo un ciudadano particular que incurre en el despropósito de agraviar al Presidente que un funcionario público de muy alta investidura que dedica un discurso entero a insultar, con las mayores bajezas y burdas groserías, a otros funcionarios en un acto público de carácter oficial.
Tan indigna como la conducta del doctor Barreto es la del doctor Mundaraín, más que nunca merecedor del apelativo con el cual le designa el común: defensor del puesto.
El MVR, Podemos y el PPT van a “investigar”.
¿Qué van a investigar? Lo que ocurrió fue visto por millones de personas a través de la televisión.
Pero es una manera de escurrir el bulto y hacerse los locos. “Dentro de la revolución todo, fuera de ella, nada”. Dentro de la revolución un Barreto desaforado, brutal, con la “valentía” que le da saberse rodeado de guardaespaldas y frente a un público que eventualmente habría podido linchar a quienes agredía, puede permitirse ese proceder obsceno y cobarde. Fuera de la revolución, cualquier conducta similar habría merecido hasta cárcel para su actor. Es la Ley del Embudo aplicada por gente que se comporta como malandros.
Re: Barreto, el bufón del pueblo.
Enviado por el día 24 de Agosto de 2006 a las 22:02
Queremos ver en este incidente un acto atribuible sólo a un desquiciado, frustrado por su propia incompetencia, y no a la aplicación de una suerte de línea oficial a desarrollarse en esta campaña electoral. Por eso es que resulta tan preocupante el silencio (Y ESO QUE NO HAN VISTOA CONTRA Y CAPI) o el esquivar el bulto que proviene desde los altos círculos oficiales, tanto partidistas como gubernamentales. Sancionar, repudiar sin esguinces, para detener este tipo de conductas es la mejor contribución que se puede dar a un clima electoral que no vaya siendo signado progresivamente por la agresividad y la violencia.
PD: Brindamos un reconocimiento al coraje y la dignidad de Marino Alvarado, de Provea, quien haciendo honor a su condición de defensor de derechos humanos, subió al escenario, reclamó a Barreto y dio la mano a los dos alcaldes agredidos.
PD: Brindamos un reconocimiento al coraje y la dignidad de Marino Alvarado, de Provea, quien haciendo honor a su condición de defensor de derechos humanos, subió al escenario, reclamó a Barreto y dio la mano a los dos alcaldes agredidos.