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Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 01:14
Normalmente no suelo postear artículos en mis participaciones en los foros, pero con este, por la calidad del mismo, así como por su temática, interés, y tambien ponderación, estoy dispuesto a hacer una excepción:

http://www.neoliberalismo.com/genealogia.htm

Muy bueno. Sin duda lo mejor que han publicado ahí jamás, a años luz de la demagogia, el griterío y la zafiedad habituales. A ver que opinan:

Una genealogía del antiamericanismo.

James W. Ceaser

La ascensión de Estados Unidos a la posición de primera potencia mundial, aunque suscita mucha admiración, también provoca mucha suspicacia y hostilidad. En un libro reciente y extensamente discutido en EEUU, Après L'Empire, que presuntamente influyó en la posición del gobierno francés en la guerra de Irak, Emmanuel Todd escribe: "Hay una sola amenaza a la estabilidad global en el mundo hoy: la de Estados Unidos que ha pasado de protector a depredador." Semejante suspicacia de las motivaciones americanas era fácilmente perceptible en la cobertura europea de la guerra. Haber seguido la guerra en la televisión y los periódicos de Europa era presenciar un acontecimiento totalmente diferente al que presenciamos la mayoría de los americanos. Durante los pocos días antes del ataque a Bagdad, los comentaristas europeos apenas podían ocultar su júbilo - casi lo que los alemanes llaman schadenfreude - ante la perspectiva de que las fuerzas americanas se fueran a ver empantanadas en un compromiso largo y difícil. Max Gallo, en el semanario Le Point, sacaba la conclusión típica acerca de la arrogancia y la ignorancia americanas: "Los americanos, arrastrados por el hubris de su poderío militar, parecen haber olvidado que no todo puede tratarse por la fuerza de las armas... que la gente tiene una historia, una religión, un país."

El tiempo dirá, por supuesto, si Gallo tenía aunque solo fuera una pizca de razón en sus dudas sobre la política de EEUU. Pero la prisa con la que llegó a semejantes conclusiones nos hacen sospechar que estaban basadas mucho más en prejuicios sobre Estados Unidos que en un análisis concreto de la situación. En realidad, eran expresión de una de las formas de pensamiento más fuertes en el mundo de hoy: el antiamericanismo. Según el analista francés Jean François Revel, "Si usted elimina el antiamericanismo, no queda nada del pensamiento político francés, ni en la Izquierda ni en la Derecha." Revel hubiera podido decir lo mismo del pensamiento político alemán o de casi cualquier otro país de Europa Occidental, donde el antiamericanismo reina como la lingua franca de los intelectuales.

La América simbólica

El antiamericanismo descansa en la idea singular de que algo asociado con Estados Unidos, algo en el centro mismo de la vida americana, es profundamente injusto y amenazante para el resto del mundo. Ciertamente, esta idea no es nada nueva. Hacde más de medio siglo, el novelista Henry de Montherlant puso la siguiente declaración en boca de uno de sus personajes (un periodista) : "Una nación que logra bajar la inteligencia, la moral, la calidad humana en casi toda la superficie del planeta es algo nunca antes visto en la historia. Acuso a Estados Unidos de vivir en un permanente estado de crimen contra la humanidad." Desde este punto de vista, Estados Unidos es un símbolo de todo lo que es grotesco, obsceno, monstruoso, embrutecedor y desarraigado.

Es tentador, calificar al antiamericanismo de un estereotipo o un prejuicio pero, en realidad, es mucho más que eso. Un prejuicio, por lo menos un prejuicio corriente, es un atajo que generalmente tiene alguna base en la experiencia de la gente y que se usa para tratar de aprehender una realidad compleja. Aunque a menudo sumamente erróneos, los prejuicios tienen el mérito que, cuando son confrontados con hechos, generalmente pueden ser rectificados. El antiamericanismo, aunque tiene algunos de los elementos de un prejuicio, ha sido básicamente una creación del "alto" pensamiento y la filosofía europeas. Algunas de las mayores mentes europeas de los últimos dos siglos han contribuido a su creación. El concepto de Estados Unidos se elaboró de tal manera que es casi imposible refutarlo con simples hechos. Estos pensadores no estaban interesados ni en un verdadero país ni en verdadero pueblo sino en ideas generales sobre la modernidad, para la que "América" se convirtió en el símbolo. En realidad, muchos de los que han jugado un papel importante en descubrir esta América simbólica nunca han visitado Estados Unidos ni mostrado mucho interés en sus verdaderas condiciones sociales y políticas. La identificación de América con una idea o un concepto general ha llegado hasta producir palabras nuevas que se tratan como normales categorías del pensamiento, tales como "identificación" o "americanismo." (Sin embargo, nadie habla de venezolanismo ni de australianismo) Hoy, por ejemplo, la americanización es casi el sinónimo perfecto de "globalización." Quizás la única diferencia sea tener una connotación un tanto más siniestra.

Aunque el antiamericanismo sea una fabricación del pensamiento europeo sería un error suponer que ha permanecido limitado a su lugar de nacimiento. Al contrario, en el último siglo el antiamericanismo se ha difundido por gran parte del mundo, ayudando, por ejemplo, a formar la opinión en el Japón anterior a la II Guerra Mundial, donde gran parte de su elite había estudiado filosofía alemana, e influyendo en el pensamiento de los países latinoamericanos y africanos de hoy, donde la filosofía francesa tiene tanto peso. Su influencia también ha sido considerable dentro del mundo árabe. Recientes historias de los orígenes intelectuales de los actuales movimientos radicales islámicos han demostrado que sus perspectivas de Occidente y Estados Unidos no se derivan exclusivamente de fuentes indígenas sino que se han derivado en gran medida de diversas corrientes de la filosofía occidental. El pensamiento occidental es, por lo menos, parcialmente responsable por los innumerables fatwahs y jihads que se han pronunciado contra Occidente. Lo que se ha atribuido al "choque de civilizaciones" a veces no ha sido más que una faceta de una guerra intelectual intestina, realizada con la ayuda de fuerzas mercenarias reclutadas de otras culturas. Es sumamente importante que entendamos el complejo linaje intelectual del antiamericanismo. Nuestro objetivo debe ser rectificar el daño que se ha hecho sin usarlo como una excusa para proteger a este país de toda crítica.

Degeneración y monstruosidad

Desarrollado durante un período de más de dos siglos por muy diversos pensadores, el concepto de América ha implicado por lo menos cinco capas o estratos mayores, cada uno de los cuales ha influido en el siguiente. La capa inicial, que está en el pensamiento científico de mediados del siglo dieciocho, consiste en la "tesis de la degeneración." Se puede concebir de como una especie de prehistoria del antiamericanismo puesto que ocurrió fundamentalmente antes de la fundación de los Estados Unidos y se refería no sólo a este país sino a todo el Nuevo Mundo. La tesis sostenía que, debido principalmente a condiciones atmosféricas, y en particular la excesiva humedad, todos los seres vivos de las Américas no sólo eran inferiores a los europeos sino que además estaban en condiciones de decadencia. Un resumen excelente de esta posición aparece, bastante inesperadamente, en The Federalist Papers. En medio de una discusión política, Publius (Alexander Hamilton) repentinamente introduce el siguiente comentario: "Hombres admirados como profundos filósofos afirmaron gravemente que todos los seres vivos, y los seres humanos junto con ellos, degeneraban en América y que hasta los perros dejaban de ladrar tras de respirar nuestra atmósfera." La extravagancia de esta afirmación no contradice el hecho de que, durante cierto tiempo fuera considera como el último grito de la ciencia. Como tal, mereció largas respuestas de dos de los más notables pensadores norteamericanos: Benjamín Franklin y Thomas Jefferson. En el caso de Jefferson, la mayor parte de su único libro, Notes on the State of Virginia, es una detallada respuesta al autor de esta tesis y principal biólogo de su tiempo, el Conde de Buffon. El interés de Franklin y Jefferson en refutar esta tesis iba más allá del interés científico y era, obviamente, de política práctica. Quién en Europa iba a estar dispuesto a invertir y apoyar a Estados Unidos si en definitiva se trataba de un continente moribundo?

Aunque Buffon fuera su creador, el defensor más serio y mejor conocido de la tesis de la degeneración en aquel tiempo era Cornelius de Pauw, que Hamilton citó en relación con la mencionada alegación de mudez canina. El estudio de Pauw sobre América en tres volúmenes, que era considerado como el mejor libro sobre el tema, comienza con la observación de que "es un espectáculo magnífico y terrible ver a la mitad del planeta tan desfavorecida por la naturaleza que todo lo que se encuentra en ella es degenerado o monstruoso." (La atribución de monstruosidad se pensaba como válida para especies inferiores, como lagartos, serpientes, reptiles e insectos, produciendo un retrato todavía más siniestro de Estados Unidos.) Fue Pauw el que insistió también en la inevitabilidad de una degeneración progresiva en América, un punto en cuál Buffon vacilaba. En cuanto los europeos desembarcaron de sus barcos comenzó el proceso de decadencia, físico y mental. América, por consiguiente, nunca sería capaz de producir una cultura ni sistema políticos de ningún mérito. Parafraseando una oración de Pauw, el enciclopedista Abbé Raynal dijo en frase celebre: "América todavía no ha producido un buen poeta, un matemático capaz o un hombre de genio en ningún arte ni en ninguna ciencia."

Ilusiones racionalistas

Al final, la tesis de la degeneración no podía resistir las criticas cuidadosamente empírica de Franklin y Jefferson, que demostraron que nada, en la superficie de la tierra, por lo menos, estaba degenerando de manera excepcional en América. La naturaleza, como dijo Jefferson, era la misma en ambos lados del Atlántico. Pero lo que sus respuestas no podían refutar enteramente era que la calidad de la vida y el sistema político de América era inferior. Precisamente esta alegación esta en el centro mismo de la segunda capa del pensamiento antiamericano, desarrollado por varios pensadores románticos en la primera parte del siglo XIX. Estos pensadores colocaban la degeneración - porque se usaba casi el mismo lenguaje - sobre una base teórica nueva, alegando que no era producto de un ambiente físico sino de las ideas en que Estados Unidos se había fundado. El antiamericanismo se convirtió en lo que ha seguido siendo desde entonces, una doctrina aplicable exclusivamente a los Estados Unidos, y no a Canadá ni a México ni a ninguna otra nación del Nuevo Mundo. Muchos de los que se quejan amargamente de que Estados Unidos se ha apropiada injustificadamente del nombre de América permiten alegremente, sin embargo, que el antiamericanismo solo se refiera a los Estados Unidos.

La interpretación romántica de América le debió algo a la Revolución Francesa, que inspiró aborrecimiento entre filósofos conservadores tales como Edmund Burke y Joseph de Maistre. La Revolución Francesa fue vista como una tentativa de rehacer constituciones y sociedades sobre la base de principios abstractos y universales de la naturaleza y la ciencia. Estados Unidos, como precursor de la Revolución Francesa, estaba frecuentemente implicado en esta crítica. El principal alegato de estos filósofos era que nada creado o ideado bajo la guía de principios universales o con la ayuda de la ciencia racional - nada, para usar las palabras del Federalista, construido principalmente por "reflexión y elección" - era sólido o podía durar. Joseph de Maistre llegó hasta negar la existencia del "hombre" o "la humanidad," tal como reza en la Declaración de la Independencia: "todos los hombres son creados iguales." Según Maistre, "no hay ningún hombre en el mundo; he visto franceses, italianos y rusos... pero en cuanto al hombre, confieso que nunca me he reunido con uno en toda mi vida; si existe, es enteramente sin mi conocimiento." No sólo estaba basada la Declaración en premisas falsas sino que también lo estaba la Constitución de EE.UU. con su proposición de que los hombres podían establecer un nuevo gobierno. "Todo lo que es nuevo en la Constitución [de Estados Unidos), todo que lo que resulta de la deliberación común," advirtió Maistre, "es la cosa más frágil del mundo: uno no podría reunir más síntomas de debilidad y decadencia."

Para principios del siglo diecinueve, como la principal sociedad sobreviviente basada en la noción de naturaleza de la Ilustración, Estados Unidos se convirtió en el blanco de muchos pensadores románticos. En vez de la razón humana y la reflexión racional, los pensadores románticos pusieron su confianza en el crecimiento orgánico de comunidades diferenciadas y separadas; pusieron su confianza en la historia. Ahora, simplemente por sobrevivir - para no decir prosperar - los Estados Unidos habían refutado las acusaciones sobre la inherente fragilidad de sociedades fundadas con la ayuda de la razón. Pero los románticos pasaron a señalar que esa supervivencia se había conseguido a costa de todo lo hondo o profundo. Nada construido sobre el delgado terreno de los principios de la Ilustración podía sostener una verdadera cultura. El poeta Nikolaus Lenau, que algunas veces es llamado el "Byron alemán," nos dio la síntesis clásica del antiamericanismo de los románticos: "Con la expresión Bodenlosigkeit [desarraigo] creo que puedo indicar el carácter general de todas instituciones americanas; lo que nosotros llamamos Patria aquí es sólo una especie de seguro de la propiedad." En otras palabras, no había ninguna verdadera comunidad en América, ningún volk verdadero. La cultura de Estados Unidos "en ningún sentido ha surgido orgánicamente desde dentro." Sólo habia un burdo materialismo: "El americano no sabe nada; no busca nada sino dinero; no tiene ideas." Entonces vino la imagen de Lenau, evocadora del retrato que Pauw habia hecho de América: "la verdadera tierra del fin, la orilla exterior de hombre."

Hasta la elogiada libertad de Estados Unidos era vista por muchos románticos como una ilusión. La sociedad americana era la imagen misma de un embotadora conformidad. El gran poeta romántico Heinrich Heine expresó ese sentimiento:

Algunas veces pienso
zarpar para América
esa pajarera de la libertad
habitada por brutos que viven en igualdad.”

Estados Unidos, como escribió Heine en prosa, era “una gigantesca prisión de la libertad” donde “la más vasta de las tiranías, la de las masas, ejerce su cruda autoridad.”

El espectro de la impureza racial

Un tercer estrato del pensamiento en el desarrollo del antiamericanismo fue producto de la teoría racista, sistemáticamente elaborada por primera vez a mediados del siglo XIX. Comprender hoy por qué este pensamiento puede considerarse como antiamericanismo requiere, por supuesto, permitirse pensar en el contexto de otro período. El centro de la teoría racista era la idea que las diversas razas - y raza no sólo se refería a los principales grupos de color sino a diferentes subgrupos tales como arios, eslavos, latinos y judíos - estaban jerárquicamente ordenadas en cuanto a cualidades tan importantes como fuerza, inteligencia y valor. Se decía que un mezcla de las razas era imposible, en el sentido de que no podría sostener la fertilidad biológica; o, si la fertilidad fuera sostenible, que resultaría en una nivelación de las cualidades generales de la especie, y la raza más alta seria halada hacia abajo como resultado de su mezcla con las más bajas.

El individuo más responsable por elaborar una teoría completa de la raza fue Arthur de Gobineau, hoy conocido como el padre del pensamiento racista. La gran obra de Gobineau, de mil páginas, el Ensayo Sobre la Desigualdad de las Razas Humanas, se concentraba sobre el destino de los arios, que él consideraba la más pura y más alta de todas las razas. Su exposición era profundamente pesimista puesto que argumentaba que los arios se estaban dejando extinguir en Europa. Estados Unidos llegó a ser un foco importante de su análisis puesto que, como explicó, en aquella época muchos consideraban a Estados Unidos como la Gran Esperanza Blanca, la nación en la que los arios (anglo-sajones y nórdicos) iban a revigorizar su cepa y reafirmar su justa dominación del mundo. En esta perspectiva, aunque el principio formal de Estados Unidos era la democracia, su verdadera constitución era la de la hegemonía racial anglo-sajona. Pero Gobineau estaba convencido de que esta esperanza era ilusoria. La idea universal de la igualdad natural en América estaba, en realidad, promoviendo una democracia de la sangre, en que la misma idea de "raza," que debía ser un término de la distinción, estaba desapareciendo. Europa descargaba sus razas de "basura" en América, y estos había comenzado a mezclarse con la de los anglo-sajones.

Con notable perspicacia, Gobineau previó el fenómeno de Tiger Woods. El resultado natural de la idea democrática, dijo, era la amalgama. América estaba creando una nueva "raza" de hombre, la última raza, la raza humana - que no era ninguna raza. Gobineau modeló su sistema en la filosofía de la historia de Hegel, substituyendo la sangre por el Espíritu como el motor del movimiento histórico. La eliminación de las razas marcaba el fin de la historia. Presentó - y aquí uno puede, en su perspectiva, ver el futuro de Estados Unidos - un lamentable espectáculo de criaturas de "la mayor mediocridad en todos los campos: mediocridad en fuerza física, mediocridad en belleza, mediocridad de capacidades intelectuales - casi podríamos decir la nada."

Las ideas racistas persistieron a través del siglo diecinueve y afectaron muchas de las ciencias sociales, especialmente la antropología, una disciplina que permanece tan traumatizada por sus orígenes que ni aún hoy puede tratar problemas raciales sin verdaderos paroxismos de culpa. El extremo del pensamiento racista a principios del siglo XX sirvió como de base al nazismo. Hoy, la sustancia de la filosofía racista es rechazada salvo por unos pocos elementos de la extrema derecha. Con todo, sus rezagos han logrado introducirse, a menudo inconscientemente, en las subsiguientes teorías sobre América. La izquierda antiamericano europea se ha dividido hoy en sus críticas raciales en relación con Estados Unidos. Algunos siguen el análisis, aunque no las evaluaciones, de Gobineau, alegando que los principios universales en la experiencia americana, cuando no han producido la represión brutal del "Otro" (el indio y el africano), han fomentado blandenguería y homogeneidad. Alternativamente, se dice a veces que el proceso de la fusión no ha procedido con la suficiente rapidez, especialmente con respecto a los afroamericanos. Estados Unidos ha sido tardío e hipócrita en su promesa de eliminar la raza como base de juicios sociales y políticos.

El imperio de la tecnología

El cuarto estrato en la construcción del antiamericanismo se elaboró durante la era de industrialización pesada a fines del siglo XIX y principios del XX. América se asoció ahora con una clase diferente de deformación, esta vez en la dirección de lo gigantesco y lo colosal. América se vio como la fuente de las técnicas de producción en masa y de los métodos y la mentalidad que sostenían este sistema. Nietzsche fue un temprano exponente de esta perspectiva alegando que Estados Unidos buscaba la reducción de todo a lo calculable en un esfuerzo por dominar y enriquecerse: "La prisa jadeante con que ellos [los americanos] el trabajo - el vicio distintivo del nuevo mundo - comienza ya a infectar ferozmente a la vieja Europa y a esparcir su vacío espiritual sobre el continente." Mucho antes de las películas de Hollywood o la música rap, la extensión de la cultura americana fue comparada a una especie de enfermedad. Su progreso en Europa parecía ineluctable. "La fe de los americanos se está convirtiendo en la fe de los europeos," advirtió Nietzsche.

Fueron discípulos de Nietzsche, sin embargo, los que transformaron la idea de América en una categoría abstracta. Arthur Moeller Bruck, mejor conocido para haber popularizado la frase "El Tercer Reich," propuso el concepto de Amerikanertum (Americanidad) que debía ser comprendido " espiritual y no geográficamente." La americanización marca "el paso decisivo por el que pasamos de una dependencia de la tierra a una utilización de la tierra, el paso que mecaniza y electrifica el material inanimado y convierte los elementos del mundo en agencias del uso humano." Abarca una mentalidad de dominación, uso y explotación en una escala siempre creciente, o lo que vino a llamarse la mentalidad del "tecnologismo" (die Technik) : "En Estados Unidos, todo es un bloque, pragmatismo, y sistema nacional de Taylor." Otro autor, Paul Dehns, tituló un artículo, significativamente, "La Americanización del Mundo." La americanización era definida aquí en el "sentido económico" como "la modernización de los métodos de la industria, del intercambio y la agricultura, así como también de todas áreas de la vida práctica," y en un sentido más amplio y más general como la "ininterrumpida, exclusiva e implacable búsqueda de la ganancia, la riqueza y la dominación."

Ausencia de alma y consumerismo desenfrenado

El quinto y final estrato en la construcción del concepto de antiamericanismo - y el que más poderosamente influye en el discurso contemporáneo sobre Estados Unidos - fue la creación del filósofo Martin Heidegger. Como sus predecesores en Alemania, Heidegger ofreció una vez una definición técnica o filosófica del concepto de americanismo, aparte, como si dijéramos, de los Estados Unidos. El americanismo es "el tranquilo desplegar y todavía incompleta esencia de la emergente monstruosidad de los tiempos modernos." Pero Heidegger en este caso estaba claramente menos interesado en definiciones que en elaborar un símbolo - algo más vívido y humano que "tecnologismo." En una palabra - y la palabra era de Heidegger - América era katestrophenhaft: el sitio de la catástrofe.

En sus pasajes más tempranos y quizás mejores conocidos sobre América, en 1935 Heidegger se hizo eco del punto de vista predominante de que Europa estaba en una posición "mediana":

"Europa yace hoy cogida en un gran tenaza, apretada entre Rusia en un lado y Estados Unidos en el otro. Desde un punto de vista metafísico, Rusia y Estados Unidos son lo mismo, con el mismo triste frenesí tecnológico y la misma organización irrestricta del hombre promedio".

Aunque los pensadores europeos, como fundadores de la ciencia moderna, eran en gran medida responsables de este desarrollo, Europa, bajo la presión de sus tradiciones, había logrado detenerse mucho antes de su completa ejecución. Era en Estados Unidos y Rusia donde la idea de la cantidad divorciada de la calidad se había hecho dominante y desarrollado hasta convertirse, como decía Heidegger, "en un ilimitado etcétera de indiferencia y eterna igualdad." El resultado en ambos países era "un violento ataque que destruye todo rango y todo impulso de crear un mundo... Esto es el ataque de lo que llamamos lo demoníaco, en el sentido de la maldad destructiva."

Estados Unidos y la Unión Soviética comprendían, uno pudiera decir, el eje del mal. Pero Estados Unidos, en el panorama de Heidegger, representaba la mayor y más significativa amenaza. "El bolchevismo es sólo una variante del americanismo." En una especie de apertura a la izquierda después de la Segunda Guerra Mundial, Heidegger habló de entrar en un "diálogo" con el marxismo, que era posible a causa de su sensibilidad a la idea general de la historia. Un encuentro similar con americanismo era imposible puesto que Estados Unidos carecía de un sentido genuino de la historia. El americanismo era "la forma más peligrosa de ilimitación, porque aparece en una forma de vida de clase media mezclada con la Cristiandad, y todo esto en una atmósfera que carece completamente de cualquier sentido de historia." Cuándo los Estados Unidos la declararon la guerra a Alemania, Heidegger escribió: "Hoy sabemos que el mundo anglo-sajón del americanismo está decidido a destruir a Europa. ... La entrada de Estados Unidos en esta guerra mundial no es una entrada en la historia, sino el último acto americano de la ausencia americana de sentido histórico."

Al crear este símbolo de Estados Unidos, Heidegger logró incluir dentro del mismo muchos de los problemas o enfermedades de los tiempo modernos, desde el ascenso de la comunicación instantánea y global, y la indiferencia hacia el medio ambiente, hasta la reducción de la cultura a una mercancía para el consumo. El estaba especialmente interesado en el consumerismo, que pensaba era emblemático del espíritu de la época: "el consumo por amor al consumo es el único procedimiento que caracteriza distintivamente la historia de un mundo que ha llegado a ser un in-mundo. ... Hoy, ser es ser reemplazable." Estados Unidos era el hogar de esta manera de pensar; era la personificación misma del reinado del ersatz, alentando la absorción de lo único y lo auténtico dentro de lo uniforme y lo estándar. Heidegger citó un pasaje del poeta alemán Rainer Maria Rilke:

"Ahora está surgiendo de Estados Unidos cosas puramente indiferenciadas, simples cosas de apariencia, artículos falsos... Una casa en el sentido americano, una manzana americana o una vid americana no tienen nada en común con la casa, con la fruta, o con la uva que habían sido adoptados en las esperanzas y pensamientos de nuestros antepasados".

Siguiendo a Nietzsche, Heidegger representó a Estados Unidos como una fuerza invasiva que se estaba apoderando del alma de Europa, socavando su profundidad y su espíritu: "La rendición de la esencia alemana al americanismo ha ido ya tan lejos como para producir el desastroso efecto de que Alemania se siente verdaderamente avergonzado de que su pueblo hubiera sido considerado una vez como 'el pueblo de la poesía y el pensamiento.'" Europa estaba casi muerta, pero no completamente. Todavía podía ponerse en la posición de estar lista para recibir lo qué Heidegger llamó "el Happenng," pero sólo si era capaz de convocar suficiente fuerza interior como para rechazar el americanismo y empujarlo hacia el otro hemisferio.

Las ideas políticas de Heidegger son generalmente deploradas debido a su temprano y abierto apoyo del nazismo, y muchos suponen que su subsiguiente influencia en el pensamiento político de Europa ha sido exigua. Nada pudiera estar más lejos de la verdad. Las grandes ideas de Heidegger eran lo suficientemente proteicas como para que no pudieran ser fácilmente adoptadas por la izquierda con un poco de manipulación. Después de la guerra, el pensamiento de Heidegger, podado de su nacional socialismo pero reforzado con su antiamericanismo, fue abrazado por muchos en la izquierda, a menudo sin identificarlo. A través de los escritos de pensadores como Jean Paul Sartre, el "heideggerianismo" fue casado con el comunismo, y esta extraña pareja llegó a ser el centro de la izquierda intelectual en Europa en la próxima generación. Los partidos comunistas, para sus propios y obvios propósitos, agarraron el arma del antiamericanismo. Lo emplearon con tanta frecuencia y eficacia que vino a ser ampliamente considerado como una creación del comunismo condenada a desaparecer si alguna vez desapareciera el comunismo. El colapso del comunismo ha servido, por el contrario, para revelar la verdadera profundidad y fuerza del antiamericanismo. Separado del comunismo, que le dio una cierta fuerza pero que también puso ciertos límites a su atractivo, el antiamericanismo ha penetrado más profundamente que nunca en la corriente principal del pensamiento europeo.

Solo queda una parte de la famosa tenaza de Heidegger, sólo una fuerza amenaza a Europa. Si Europa encontró una vez su identidad como "el medio" (o como una "tercera fuerza"), muchos dicen hoy que tiene que encontrar su identidad como "polo de oposición" a Estados Unidos (y como líder de la "segunda fuerza.") Emmanuel Todd desarrollo esta lógica en su libro, alegando que Europa debía organizar una nueva "Entente" con Rusia y Japón que sirva como una contra fuerza del imperio americano.

¿El verdadero choque de civilizaciones?

Hoy existe una gran necesidad, tanto para europeos como para americanos, de entender la historia de esta poderosa doctrina del antiamericanismo. Mientras permanezca su influencia, la discusión racional sobre las diferencias prácticas entre Estados Unidos y Europa se hará cada vez más difícil. Ningún tema, ninguna interrogante se puede abordar de acuerdo a méritos y, en vez de eso, los comentaristas tienden a razonar de las conclusiones a los hechos en vez de los hechos a las conclusiones. Los argumentos, por muy razonables que parezcan en la superficie, se plantean para promover o confirmar el prejuicio existente sobre Estados Unidos elaborado por Heidegger y otros filósofos. En el pasado, los líderes políticos europeos tenían poderosas razones poderosas para resistir este enfoque. Preocupaciones tan practicas como las alianzas, las relaciones personales y los contactos con funcionarios americanos, las relaciones comerciales y un temor del comunismo trabajaban para relajar el antiamericanismo. Pero últimamente, los líderes europeos se han visto tentados a usar el antiamericanismo como una manera fácil de cortejar el favor de una parte del público, especialmente de la elite de intelectual y los medios de comunicación. Infortunadamente, esto ha agregado un nuevo nivel de legitimidad a la mentalidad del antiamericanismo.

No sólo el antiamericanismo imposibilita la discusión racional sino que amenaza la idea de una comunidad de intereses entre Europa y América. En realidad, amenaza la idea misma del Occidente. Según los extremistas del antiamericanismo, no hay la comunidad de intereses entre los dos lados del Atlántico porque Estados Unidos es un lugar diferente y extraño. Para "probar" este argumento sin usar términos tan obvios y cargados como "degeneración" o el "el sitio de la catástrofe," sus defensores le dan a las diferencias que existen entre Europa y América un nivel de significado totalmente fuera de proporción con su verdadera importancia. Ciertamente, los europeos gastan más en el estado benefactor que los americanos, y los europeos han eliminado la pena capital mientras muchos estados americanos todavía la emplean. Pero al escuchar la manera en que estos hechos se discuten, uno pensaría que llegan a significar civilizaciones diferentes. Esta clase de análisis llega hasta cuestionar que tengamos la democracia en común. Puesto que ahora la democracia es considerada incuestionablemente buena - no importa, por supuesto, que semejante vinculación con la democracia constituya el mejor ejemplo de americanización - Estados Unidos no puede ser una verdadera democracia. De aquí que se diga que el capitalismo americano hace una burla de la idea de la igualdad, o que las bajas tasas de participación en las elecciones descalifica a Estados Unidos como miembro de los estados democráticos.

Reparar la brecha

Casi ninguna persona razonable descartaría hoy la seriedad de muchos de los desafíos que se han alzado en contra de la "modernidad." Ni ninguna persona razonable negaría que Estados Unidos, como una de las naciones mas modernas y poderosas, ha sido la fuente efectiva de muchas de las tendencias de la modernidad que, por consiguiente, inevitablemente toma un aspecto americano. Pero es posible reconocer todo esto sin identificar modernidad con un solo pueblo o lugar, como si los problemas de la modernidad tuvieran un origen únicamente americano o como si sólo europeos, y no americanos, hubieran estado luchando con la cuestión de cómo confrontarlos. El antiamericanismo se ha convertido en la forma en que los perezosos enfocan estas cuestiones. Permite que los que usan esas etiquetas eviten confrontar algunos de las duras preguntas que sus propios análisis demandan sean preguntadas. Para solo dar un ejemplo, Estados Unidos es regularmente criticado por ser demasiado moderno (tiene, por ejemplo, muy desarrolladas las "comidas rápidas"), menos cuando es criticado por no ser los suficientemente moderno (una gran parte de la población todavía es religiosa).

Un verdadero diálogo entre Estados Unidos y Europa solo será posible cuándo los europeos inicien el largo y arduo proceso de liberarse del antiamericanismo - un proceso que varios valiente intelectuales europeos, afortunadamente, ya han empezado. Pero también es importante que los americanos no caigan en el error de usar el antiamericanismo como una excusa para ignorar todas las críticas que se les hagan. Esta tentación se encontrara mucho más entre intelectuales conservadores que entre "liberales," que tradicionalmente han prestado mucha más atención a los argumentos de los pensadores antiamericanos. Últimamente, mucho comentario conservador ha sido demasiado rápido en descartar los desafíos al actual pensamiento estratégico americano y en atribuirlos inmediatamente, sin el suficiente análisis, a los peores elementos del antiamericanismo, desde el anti-tecnologismo hasta el antisemitismo. Sería más que irónico - sería trágico – si, al combatir el antiamericanismo, fuéramos a abrazar una ideología de anti-europeismo.

Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 21:23
El articulo esta mas que nada dirigido a los europeos. O sea: a los que viven en "la competencia".

La animosidad entre naciones es en su mayor parte producto de la competencia intercapitalista, no de filosofias o corrientes de pensamiento.
Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 21:41
Ma'que competencia!!!.
Nosotros somos el original, ellos una "nación que logra bajar la inteligencia, la moral, la calidad humana en casi toda la superficie del planeta","todo lo que se encuentra en ella es degenerado o monstruoso","lo que nosotros llamamos Patria aquí es sólo una especie de seguro de la propiedad".
"El americano no sabe nada; no busca nada sino dinero; no tiene ideas", sus vicios "comienzan ya a infectar ferozmente a la vieja Europa y a esparcir su vacío espiritual sobre el continente".
El americanismo es "la forma más peligrosa de ilimitación, porque aparece en una forma de vida de clase media mezclada con la Cristiandad, y todo esto en una atmósfera que carece completamente de cualquier sentido de historia" y la "ininterrumpida, exclusiva e implacable búsqueda de la ganancia, la riqueza y la dominación".
Katestrophenhaft, el sitio de la catástrofe.
Ahí queda eso.

Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 22:18
Si echas una ojeada a la sección internacional de "Le Monde" encuentras todos los días cosas así.

Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 22:40
Pues muy bien por Le Monde. Detesto a los periodistas-historiadores, a los periodistas-sociologos y en general a los periodistas-analistas, hasta a los periodistas deportivos, pero estas altas creaciones del pensamiento hay que difundirlas y popularizarlas.
Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 22:46
¿Por qué hay que difundirlas, mon ami L'Incorruptible?.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 23:00
¿Y me lo preguntas?.
Para que el Dasein de nuestro pueblo no deje de ser-ahí, para que el volkgeist no se extinga, para que no olviden quien es el pastor del Ser...

Coño, Mamífero, era una broma hombre...
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 23:12
Excuse-moi M. Robespierre. Os tenía por anti-americano, y pensé que os atribuíais los mismos sentimientos que el de Freiburg.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 2 de Marzo de 2004 a las 23:35
¿Antiamericano?. ¿Y como puedo serlo si adoro a Rawls, a Sean Penn, a De Niro a Scorsese y a Tool?. No se puede odiar a una abstracción, Mamífero.
El "americanismo" no es una ideología, el "amerikanismus" de Heidegger si, o más bien una actitud existencial, y por desgracia, no solo existe en America...
¿Sentimientos?.
Tras la "Carta sobre el Humanismo", su negativa a signar retractación alguna tras la guerra y el asunto de Hannah Arendt me pregunto si ese tipo tenía alguno...
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 3 de Marzo de 2004 a las 01:02
Te cito.

""(El progresismo)Es antinorteamericano visceral".
Aquí si. Reo soy."

Después de una breve reflexión, he llegado a la conclusión que te referías a los progres y no a ti mismo. ¿Me equivoco?.

Se puede odiar una idea, puesto que la idea es real. De todas maneras ser anti significa opuesto y no conlleva un odio implícito.

En una entrevista en Der Spiegel, Heidegger dijo que sólo a través del espíritu alemán se podía aprehender el Dasein y que veía a Hitler como el único posible salvador del pueblo alemán.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 3 de Marzo de 2004 a las 01:32
La idea es real, Mamífero, el noumeno se manifiesta a través del fenómeno, dijo Kant, y Hegel le enmendó la plana replicando que el noumeno no era incognoscible y el analisis racional de su efecto fenoménico llevaría a la expresión conceptual del mismo -por eso Marcuse dijo que el de Stuttgart es el padre de la ciencia social y Comte que "es un poco más metafísico que yo mismo"-. Pero, ¿cual es la idea-concepto?.
Si al amerikanismus, que tiene su expresión práctica en determinadas políticas, nos referimos, si soy antiamericano.
Si, en cambio, nos referimos al "americanismo", como generalización burda y visceral, no lo soy, entre otras cosas porque no se cual es la idea de "América". Aprecio y admiro muchas de las creaciones culturales de ese país -de hecho, crecí escuchando música anglosajona-.

¿Heidegger?.Uff

"Nos negamos a convertir en idolo a un pensamiento sin patria y sin poder. Estamos asistiendo al fin de la filosofía a su servicio.
Estamos seguros del retorno de la transparente y cabal dureza del inflexible y sencillo preguntar por la esencia del Ser...y preguntar significa para nosotros no cerrarse al espanto de lo desatado ni al laberinto de lo oscuro...
Y así aquellos a quienes en el futuro ha de estar encomendada la protección de la voluntad de saber de nuestro pueblo confesamos: la revolución nacional-socialista no es simplemente la toma de posesión de un poder que estuviera ya ahí en el Estado por un partido distinto, suficientemente preparado para ello, sino que esta revolución significa una completa convulsion de nuestra existencia alemana".
(De su alocución en la manifestación de la ciencia alemana por el fuhrer, Leipzig, 1933).
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 3 de Marzo de 2004 a las 19:11
"No se puede odiar a una abstracción".

¿Perdón?
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 4 de Marzo de 2004 a las 00:40
A una abstracción, Martín, pero los conceptos no lo son. Todo lo racional es real y todo lo real es racional -esto es, susceptible de analisis causal-, Hegel dixit. La idea es real, como dice Mamífero. Es real, concreta, y causa de efectos.
El amerikanismus a que se refieren Heidegger, Nietzsche, Heine y otros es un concepto real, hace referencia a situaciones reales, y ellos lo describen, ahora bien, ni es unicamente americano ese amerikanismus ni, desde luego, ha de emplearse como generalización burda.
La abstracción es la "americanidad", ¿cual es la idea de "América"?. A eso me refería.

Por cierto, hecha un vistazo a mi respuesta a Mamífero en el thread "Las penas en una sociedad anarco-capitalista", a ver que opinas.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 5 de Marzo de 2004 a las 19:08
Che, no te lo tomes tan en serio... Me estaba riendo del parecido con alguna frase mía. Además, si me venís con filosofía alemana ya no entiendo nada...

A ver.
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno
Enviado por el día 5 de Marzo de 2004 a las 20:16
Je, je, je, son jodidos esos alemanes. Una anécdota: cuando Hegel escribió sus "Lecciones sobre la historia de la filosofía" incluyó a Descartes como filósofo alemán...le faltó Aristóteles...
Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno
Enviado por el día 10 de Marzo de 2004 a las 00:02
"Además, si me venís con filosofía alemana ya no entiendo nada..."
Yo trato de explicar Martín...si bien en algunas ocasiones con más fortuna que en otras...
Sigue mi discusión con Mamífero en la otra hebra (Las penas en una sociedad anarcocapitalista).

Un saludo.
Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 3 de Marzo de 2004 a las 00:04
No estaria mal alguna refutacion, su pomposidad
;-)
Re: Re: Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 4 de Marzo de 2004 a las 07:32
¿Refutación?.¿Refutación de que?. Duelen las verdades, eh?
Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 13 de Marzo de 2004 a las 01:01
esta dirigido a vos... argentino compatriota... no mires para el costado...
Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 3 de Marzo de 2004 a las 17:44
Asi que hay el mismo problema en no tender puentes a EUA como no tenderlos a China, Canada, etc.

Los Europeos tenemos que dejar de querer que America sea algo de nuestro imaginario (ya sea algo bueno o algo amlo), nos separan intereses distintos.

EUA es mucha gente, igual que Europa, y por tanto muchas formas de pensar, ser anti-americano o pro-americano es una actitud estupida. Los Europeos debemes analizarnos a nosotros y mirar nuestros errores(una lista un poco mas corta que la de los EUA) e ir por nuestro lado, esto no quiere decir solos sino con aquellos con los que compartamos alguna forma de ver el mundo. Podria ser con Canada o Brasil o EUA o China o etc.
Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 4 de Marzo de 2004 a las 15:01
EUA no es Europa,los barbaros hicieron un pais basado en la Libertad,Gloria a ellos!!

EEUU fue un faro de que puede hacer la Libertad,con errores pero lo hicieron.


El socialismo es una enfermedad mental



"El despotismo es imposible si la nación es ilustrada"

Alexis de Tocqueville





Hace algún tiempo he venido diciendo que el socialismo no es una teoría económica, sino una enfermedad mental. Como no he explicado el porqué, creo que estoy en deuda al respecto y es mi propósito pagarla en esta oportunidad. Yo no soy un especialista en psiquiatría, pero para referirme a este hecho voy a comenzar por definir qué es la locura. Según tengo entendido, la locura es un trastorno en la percepción de la realidad. Es en ese sentido que considero al socialismo, pues su presupuesto base es que el hombre no es como es.

Fue Rousseau quien, en lo que considero su período romántico, escribió que el hombre es bueno pero es corrompido por la sociedad. En 1750 la Academia de Dijon organizó un concurso con la siguiente propuesta: "¿La restauración de las artes y las ciencias ha sido propicia para la purificación de la moral?" En su discurso presentado al concurso, Rousseau contestó: "Hemos visto a la virtud volar tan pronto como las ciencias y las artes aparecieron en el horizonte... Los filósofos antiguos hablaban siempre de moral y virtud; hoy sólo hablan de comercio y dinero". A partir de estos conceptos filosóficos, el "incorruptible", Maximiliano Robespierre, inició el terror racional en mundo al son de los versos de la Marsellesa "se ha elevado el estandarte sangrante...", pero Rousseau ganó el premio de la Academia.

A diferencia de David Hume, quien casi al mismo tiempo predicaba que toda ciencia comienza por la ciencia del hombre, Rousseau y sus seguidores decidieron una ciencia a partir de una creencia sobre el hombre. De hecho, podemos decir que en este intento pretendieron corregirle la plana a Dios. Claro que Jean Jacques podía decir que Dios los había hecho bien y la sociedad los había corrompido. Quizás el ilustre ginebrino olvidó que fue al propio Adán, hecho a su imagen y semejanza, al que echó del Paraíso, donde finalmente fue a parar Saddam Hussein hasta que el "arbusto" del bien y del mal (ciencia aparte) lo echara también. No debe olvidarse que la expulsión de Adán y Eva obedeció no a que trataran de conocer las ciencias y las artes, sino a su pretensión de comer el fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y el mal, o sea ser como dioses.

Es decir que la denominada filosofía socialista parte de la pretensión de construir una sociedad con hombres que no existen sino que hay que crearlos. Por supuesto, los creadores del hombre también parecen tener los mismos defectos que Dios percibiera en Adán, pero ellos parecen no oír la voz del Señor. Llegó entonces Kant, quien creía haber descubierto el "ábrete sésamo" de la construcción del hombre racional mediante el imperativo categórico. Y a través de esta puerta inusitada entraba Alí Babá et al. al mundo del poder político absoluto, que Rousseau ya en su vertiente racionalista había santificado a través de la soberanía que monopolizaba la virtud del bien general.

El uso de la razón en términos divinos la convierte en una nueva creencia que cercena al hombre de su parte más humana que son las pasiones, o sea de los sentimientos. Esta falacia venía ya de Platón en el Phaedro, donde dividía el alma humana como un auriga tirado por dos caballos, el blanco que era el bien: la razón; y el negro el malo: las pasiones. De esta fantasía racionalista surgieron las múltiples utopías que se han intentado en este planeta, y su resultado, los totalitarismos del siglo XX.

En ese sentido, vale recordar las palabras de Adam Smith refiriéndose al mundo de las utopías y dice: "La gran mayoría del partido está generalmente intoxicada con la belleza imaginaria de este sistema ideal del cual no tiene experiencia, pero que le ha sido presentado en los más brillantes colores en los cuales la elocuencia de sus líderes los ha podido pintar. Esos líderes, quienes en un principio no habían pretendido otra cosa que su propio engrandecimiento, con el tiempo muchos de ellos se convierten en los tontos de su propia fantasía, y están tan desesperados por esta gran reforma como el más débil y más tonto de sus seguidores." (La teoría de los sentimientos morales)

En el socialismo, entonces, es necesario distinguir entre los que usan a los enfermos y los que padecen realmente esa enfermedad mental, que les impide ver la realidad biológica e histórica del ser humano. Si bien la primera preocupación debe dirigirse a reconocer el carácter de la patología, la supervivencia política requiere asimismo distinguir entre los enfermos y los enfermeros, que son más que enfermeros, "enfermadores". En ese camino, no sólo se encuentran los políticos, sino los intelectuales, incluidos los economistas, como bien lo señala Schumpeter en su Capitalismo, Socialismo y Democracia. Allí el enfant terrible de la escuela austríaca se refiere a ellos de la siguiente manera: "Los intelectuales son de hecho gente que detenta el poder de la palabra hablada y escrita y lo que los distingue de otros que hacen lo mismo es que no tienen responsabilidad por los asuntos prácticos". ¿La profesión de los no profesionales? ¿Diletantismo profesional? "La gente que habla acerca de todo porque no entiende de nada". Pero tampoco deja incólume a los economistas y dice: "Particularmente toda tontería que se ha escrito respecto al capitalismo ha sido propugnada por algún economista".

En fin, lo que vemos es la enfermedad de la locura que es no reconocer la realidad, por más que en algunos casos esa locura incitada es la que lleva al poder. Ya esto lo había percibido Alexis de Tocqueville en su obra El Antiguo Régimen y la Revolución, donde culpaba a los economistas más que a los filósofos por la revolución y aun más, señala que estos habían perdido la noción de los derechos en función de la utilidad pública.

¿Cómo puede ignorarse, no sólo la falibilidad del ser humano racional y emocional y desconocer la realidad del impacto del denominado capitalismo en la creación de riqueza en la historia? Hasta Marx y Engels lo reconocieron en el Manifiesto Comunista, pero igualmente ignoraron sus determinantes para producir esa locura colectiva que fuera el marxismo como sucesor de Rousseau en el siglo XIX. O sea cuando comenzaban a apagarse las luces de la propia razón.

Para conocer el realismo del dictum de Ayn Rand respecto a que el capitalismo no inventó la pobreza, sino que la heredó (sic), basta analizar las cifras de Simón Kuznets en su El crecimiento económico moderno. Allí, demuestra como todo crecimiento económico comenzó hace apenas trescientos años como máximo. Al mismo tiempo, destaca el hecho de que ese crecimiento comenzó en un país, Inglaterra, cuya población representaba menos de un 7% de la población mundial.

Entonces, tenemos la locura de las contradicciones en el socialismo, que es la pretensión de una moral superior, que produciría un mejoramiento de las ciencias y las artes. Consecuentemente, el éxito de la moral sería la causa de su propia decadencia. Del otro lado, el proceso racional de Marx, basado, mal que les pase a muchos liberales, en el imperativo categórico, que lograría la superación de la escasez. Así, Marx sostiene que el Estado desaparecería y el hombre nuevo ya habiendo comido del árbol de la ciencia del bien y el mal, superaría el pecado original en la tierra y retornaría al paraíso de la superación de la escasez.

Hoy los socialistas pretenden lograr y aprovechar el mejoramiento de las ciencias y las artes al mismo tiempo que denigran y destruyen al sistema que las produce. Ignoran, asimismo, que el proceso de la búsqueda del hombre nuevo a través de la dictadura del proletariado ha significado la muerte y la opresión en los países en que se ha aplicado: Rusia, China, Cuba, etc. Pues, como ya decía Tocqueville, la centralización y el socialismo son productos del mismo suelo. El intento de lograrlo, asimismo, genera y perpetúa la pobreza en América Latina y en los demás países subdesarrollados. Pero más evidente aun es la declinación de la economía de los países de la Unión Europea y así como del Japón en la medida que avanza la socialización. O sea los derechos sociales por sobre los derechos individuales a través del Estado.

No obstante esta realidad, la mentalidad anticapitalista persiste tal y como la describiera Von Misses, según la cual la libertad es un prejuicio burgués y la felicidad no reside en lo material. Lamentablemente, el liberalismo, particularmente en Argentina, en lugar de plantear el problema frente al socialismo desde el lado de la ética lo ha hecho desde la economía y la eficiencia, ignorando precisamente, tal como señalara Tocqueville, los derechos. O sea la inmoralidad del sistema que lejos de reducir la burocracia como pretendía Marx, "curiosamente" la multiplica en función del bien común y así la burocracia es la mayor fuente de la corrupción. El hombre nuevo en un puesto público tiene los mismos intereses como ser humano que los ciudadanos comunes, pero son mucho más improductivos y de hecho más inmorales, pues usan el poder tal como lo había previsto el propio Marx en su Crítica a la Filosofía del Estado en su propio beneficio.

Pero insisto, el pathos social no implica pathología en los políticos que, conscientes de aquél, apelan al mismo con el fin de alcanzar el poder político tal como ya había previsto Aristóteles. Es decir, no hay irracionalidad en buscar el poder donde se encuentra, el problema es que la sociedad padece el despotismo que ella misma genera. Se creía amar la libertad y se descubre que sólo se odiaba al tirano (Alexis de Tocqueville).

Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 4 de Marzo de 2004 a las 17:47
El articulo esta lleno de falsas premisas y de verborrea anticomunista, llegando a decir barbaridades como que el socialismo quiere aprovechar el arte y la ciencia al mismo tiempo que quiere destruir al sistema que los produce.

Ni la ciencia ni el arte son producto del sistema capitalista, son producto y patrimonio de toda la humanidad. El socialismo va a socializar el arte y la ciencia para todas las personas, y va a sentar las bases para el mejor desarrollo de la ciencia y el arte.

A llorar a otra parte, fariseos.
Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 4 de Marzo de 2004 a las 17:53
Una pregunta, Juan, ¿que enfoque le resulta más convincente, el de los autores referidos en el artículo o el del escrito de Racing?
Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 4 de Marzo de 2004 a las 18:30
Jajajajaajaja los unicos llorones son los marxistas que no se dieron cuenta que creian amar la libertad y descubrieron que solamente odiaban al tirano (Alexis de Tocqueville).
O sea cambiaron de amo ,del tirano pasaron al Estado,son ovejas que esperan infructuosamente al Buen Pastor.

Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 13 de Marzo de 2004 a las 01:42
lo ke vos entindes por socialismo... se dedika pura y exclusivamente a llenar esos espacios desocupados de la gente ignorante... promulgando el odio entre clases mi kerido compatriota... y es un hecho...
Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 9 de Marzo de 2004 a las 04:04
Pocas veces tiene uno la ocasión de leer un artículo tan patético y sectario. El prejuicio contra los intectuales es algo tipico de la ideología fascista, que no tolera el pensamiento autónomo, pues "SU" realidad es para ellos "LA" realidad. Especialmente me llama la atención la siguiente frase: "Hoy los socialistas pretenden lograr y aprovechar el mejoramiento de las ciencias y las artes al mismo tiempo que denigran y destruyen al sistema que las produce". Curioso, y luego se dicen individualistas... Resulta muy divertido observar la arrogancia de los capitalistas, pues creen que son los responsables de los progresos "en las ciencias y en las artes". No es que quieran hacernos comulgar con ruedas de molino, es que nos quieren hacer tragar el molino entero.

Los progresos en las ciencias y en las artes, son obra de personas y equipos de personas, entre las que hay personas de todo tipo e ideología. Baste decir, por ejemplo que los dos científicos más importantes del siglo XX, Albert Einstein y Alexander Fleming tenían ideas socialistas. O que el primer hombre en ir al espacio fue Yuri Gagarin de un país socialista, lo mismo que la primera mujer Valentina TeresKova. Y en las artes pues lo mismo, pintores como Picasso, escritores como Bertold Bretch o Arthur Miller, bailarinas como Isadora Duncan, cineastas como Charles Chaplin o Sergei Eisenstein, o musicos como Stravinski o Jim Morrison. La mayoría de estos genios, no solo no le deben nada a ningun sistema, sino que han sido genios a pesar de que ese sistema trato de coartar su libertad y de reprimir su creatividad, y Picasso, Chaplin, Isadora Duncan o Jim Morrison fueron perseguidos por ese sistema capitalista y a pesar de todo su arte ha logrado trascender su epoca, y a pesar de que por ejemplo las películas de Luis Buñuel sean hoy proyectadas en las mismas instituciones contra las cuales fueron realizadas.
Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 9 de Marzo de 2004 a las 13:53
Lo has dicho,"sus obras son proyectadas en las mismas instituciones contra las cuales fueron realizadas",de eso se trata de que los individuos piensen y si tu piensas que ser antiamericano es no comer en Mac Donalds, no sabes nada de nada ,los eeuu tiene miles de defectos,te puedo nombrar unos cuantos,pero tiene un honor y un privilegio ,fueron el primer pais el Mundo basado sobre la idea de la Libertad y eso es algo que tu ni nadie puede negar.
Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 13 de Marzo de 2004 a las 01:47
jim morrison perseguido???
mi dios... hasta donde kieren llegar muchachos...
no son victimas de nada señores... o se olvidan ke uds fueron los responsables de los mayores genocidios hasta la fecha??? y cabe aclarar algo... no hay nadie mas fascista ke un socialista o comunista... a no perdon... son revolucionarios... perdon perdon... PASEN Y MATEN
Re: Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 13 de Marzo de 2004 a las 10:02
Si, Jim Morrison perseguido. Y tambien Jimmy Hendrix, Janis Joplin y John Lennon. ¿vale?
Re: Re: Re: Re: Re: Re: EUA no es Europa
Enviado por el día 13 de Marzo de 2004 a las 22:21
¿Hendrix? Que putada.
Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 9 de Marzo de 2004 a las 03:15

Leí este artículo hace tiempo y verdaderamente está escrito desde la arrogancia y autosuficiencia, intentando hacer ciertas concesiones pero sin ocultar el desprecio.

Por mi los americanos pueden ser todo lo antieuropeos que les de la gana, yo pienso seguir siendo antiamericano.

Citare solo una perla: "EEUU es regularmente criticado por ser demasiado moderno (tiene, por ejemplo, muy desarrolladas las comidas rápidas)" Pues nada, yankees modernillos, a seguir comiendo como cerdos e inflando la tripa, que eso es la "modernidad".
Re: Re: Genealogía del antiamericanismo (muy bueno).
Enviado por el día 13 de Marzo de 2004 a las 01:49
evidentemente no entendes lo ke es una ironia... mi kerido antiamericano...