Internacional

Mientras devoraba unos deliciosos sandwiches de miga, me entretuve mirando en la CNN un diàlogo sostenido entre una periodista de renombre y un intelectual mexicano de larga barba, desconocido para mi.

Platicaban sobre los efectos del 11/9 en la sociedad norteamericana y en el mundo en su conjunto.

Mientras escuchaba el entretenido intercambio y saboreaba mis sandwichitos, me preguntaba si esas dos personas de la pantalla vivían el mismo mundo que vivo yo y leian la misma historia que leo yo.

Con justa razón subrayaban la atrocidad del 11/9 y de sus consecuencias no menos tràgicas (Afganistan, Irak, atentados, etc.). Pero lo hacían de un modo tal que un televidente desinformado podría interpretar esos hechos como el bautismo de la violencia en el mundo.

La violencia ocurrida en los años recientes en el centro del mundo capitalista, multiplicada por mil, es moneda corriente en su periferia desde hace siglos.

Si los horrorosos atentados que dejaron 2.500 muertos conmovieron en sus cimientos la psicología del norteamericano medio, cabe imaginar el efecto que pudieron haber tenido los 3 millones de muertos en Vietnam, los 400.000 o 500.000 en Hiroshima y Nagasaky, los millones de Corea, los muertos por la invasión soviética a Afganistán, los cientos de miles en Argelia, y podría seguir un largo rato enumerando.

Tengo la sensación de que los ciudadanos de los paises centrales, que vivían placidamente disfrutando de la prosperidad obtenida por el saqueo de las 2/3 partes de la humanidad practicada por sus ejércitos, tomaron conciencia real del horror de la guerra recién cuandro sufrieron una dosís homeopática de violencia en sus propias entrañas.

Ahora que saben del sufrimiento y del miedo, es hora de que despierten del letargo histórico y se deshagan de sus gobiernos imperialistas, principales terroristas y responsables de las desgracias que padeció y padece este extraño mundo que nos ha tocado vivir.

Socialismo o Barbarie.

Saludos