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Irak, Centroamérica y un joven soldado contra la inmoralidad estadounidense
Enviado por el día 13 de Abril de 2004 a las 04:18
Irak, Centroamérica y un joven soldado contra la inmoralidad estadounidense
Celia Medrano

ALAI-AMLATINA 12/04/2004, San Salvador.- "...La realidad de
las heridas y de la sangre pasan a formar parte de tu
conciencia. Cuando te enfrentas a las memorias de todo lo que
sucede en una guerra necesitas justificación, necesitas saber que
el horror de haber matado fue por una buena causa... es que no
puedo encontrar una buena razón para ir a un país extraño para
matar o que te maten...". Camilo.


En medio de condolencias oficiales, el fallecimiento de
Natividad Méndez Ramos, pasa a la historia como el primer
soldado salvadoreño muerto en Irak. El joven miembro del
Batallón de Paracaidistas cayó embestido al repeler
militarmente a una enardecida multitud chiíta que protestaba
por el cierre de un periódico y el arresto de Mustada al
Yaacubi por fuerzas de la coalición en la ciudad de Nayaf.
Otra historia ocurre paralelamente, la historia de Camilo, un
joven Sargento de origen nicaragüense que se negó a reasumir
el frente en Irak al cumplirse su licencia en Estados Unidos y
enfrentará el próximo 10 de mayo una Corte Marcial Especial
por ello.

En una lejana localidad salvadoreña, el campesino Méndez Ramos
decidió enlistarse en el ejército a los 14 años con el único
fin de ayudar económicamente a su madre. Sin interesarle más
razones que la garantía de la manutención de sus cinco
hermanos, fue uno de los 380 militares integrantes del segundo
contingente del Batallón Cuscatlán, aliado en la ocupación de
Estados Unidos en Irak, lugar donde encontró la muerte a los
20 años de edad. A miles de kilómetros, en la base militar de
Fort Stewart, en Georgia, Camilo Mejía Castillo guarda
detención por desobediencia y relata lo que él llama "su
verdad". Cuenta que entró al ejército estadounidense para
garantizarse arraigo, un factor difícil de conseguir por su
condición de emigrante nicaragüense, le ofrecían la
oportunidad de enlistarse por tres años y estudiar en la
universidad. "...La muerte y la inutilidad de la guerra me
concedieron un respeto absoluto por la vida...", dice al
matutino nicaragüense "El Nuevo Diario" este joven de 28
años, "...Mi mayor argumento es mi conciencia....".

Camilo fue escogido junto a 39 mil hombres para formar parte
de los grupos de invasores que los marines llaman soldados de
Primera Línea en Irak. Su comportamiento en el frente de
batalla ha sido ejemplar, por lo que no puede achacársele
cobardía. Él ha declarado que "... Deserté porque está muy
claro que esta guerra es motivada por petróleo. Nunca se
encontraron armas de destrucción masiva ni conexiones
terroristas en Irak. Ahora se inventan otras razones, como
luchar por la democracia y la libertad de Irak. Mientras los
trabajadores no tienen ninguna garantía social y la pobreza
explota en cada rincón iraquí, las compañías transnacionales
se apoderan del petróleo. Es una guerra sucia motivada por
dinero y pagada con la sangre de soldados como yo, con el
sufrimiento de nuestras familias, y con las vidas de miles de
iraquíes. Yo no firmé ningún contrato para ser mercenario...".

A este miembro del Batallón 1° del Regimiento 124° de
Infantería le fue negado un juicio administrativo, lo que lo
hubiera librado de una penalidad de prisión. La armada giró
una orden de captura por ausente de servicio y guardó una
especie de clandestinidad desde el mes de octubre del año
pasado. Se entregó a las autoridades militares estadounidenses
bajo los cargos de desertor. Su defensa pide que sea dado de
baja como objetor de conciencia y se prepara para demostrar
que la guerra en Irak nunca fue legal. Como testigos se
nombran personalidades como Hans Blix, jefe la Comisión de
Supervisión, Verificación e Inspección de la ONU, hasta el
2003. Asegura además que otros soldados piden ser dados de
baja como objetores de conciencia, como lo ha afirmado el
Capitán Todd Grissom del cuerpo de asistencia médica en Irak

Camilo sabe "...que hay muchos que están en contra de la
guerra, pero no quieren desertar porque tienen miedo de ir
presos y de que el Ejército les arruine la vida. De lo que no
se dan cuenta es que la guerra es lo que realmente les va a
arruinar la vida. ¿De qué sirve la libertad si uno no puede
vivir consigo mismo?..."

* Texto completo en
http://alainet.org/active/show_text.php3?key=5948
Re: Irak, Centroamérica y un joven soldado contra la inmoralidad estadounidense
Enviado por el día 13 de Abril de 2004 a las 12:30
¿El hijo de un cantautor es el UNICO soldado que cambia de pronto de bando y le hacen esta fama como si lo que un desertor (con un discursito izquierdista bien preparado) pueda decir fuera cierto? ¿Todos los demás soldados norteamericanos son cobardes o inmorales?

Con Saddam el trabajador tenía más "garantías sociales" y menos pobreza, ja! Esto de Camilo es una campaña de prensa. Puro CAMELO y sensacionalismo.

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LA NACION LINE | Archivo | 21 de Marzo de 2004 | Exterior | Nota




Las oportunidades que trajo la libertad en Irak
Se abrieron posibilidades y negocios antes inimaginables

Algunos pusieron sus propias empresas y tienen una buena situación económica
Otros se alistan en la policía por los salarios
Y, sobre todo, desaparecieron viejos temores




BAGDAD.- "Muchas veces quise escaparme del brutal régimen de Saddam, incluso arriesgué mi vida, pero siempre fracasé. Recuperada la libertad, después de la guerra, pude poner mi empresa, me va bien y ya no pienso en irme, sino en seguir expandiendo mis negocios", dice satisfecho Tassin Hussen, sentado en su cómoda oficina del barrio de Al Mansur, una zona rica de esta capital.
.
Pese a la inseguridad y a la violencia que caracterizan el primer aniversario de la operación anglo-norteamericana, Tassin es uno de los tantos iraquíes que, si bien por ahora son minoría, han salido adelante, están mucho mejor y ven el futuro con esperanza.
.
Ingeniero industrial, pero obligado como miles de habitantes de este castigado país a formar parte del ejército, Tassin solía trabajar en el departamento de computación del Ministerio de Defensa. "Pero mi sueño era liberarme de esa jaula y poner mi propia empresa", cuenta a LA NACION.
.
Fue así que, nada más caer la dictadura, lo primero que hizo fue viajar a Erbil, en la zona autónoma kurda del norte de Irak, donde logró obtener la licencia para abrir en Bagdad una oficina de Dalya-Sat Telecom, una empresa que provee de lo necesario para conexiones rápidas a Internet vía satélite. Junto con dos amigos, Karim y Hassan, cumplió el sueño del negocio propio, "finalmente en libertad".
.
Aunque tiene competencia, porque hay otras empresas que venden el mismo servicio, desde que comenzó en mayo pasado, a Tassin, de 42 años, le está yendo muy bien. Después de años de dictadura, cuando hasta navegar libremente por Internet estaba prohibido, en Bagdad ha habido un verdadero boom de cibercafés.
.
Pero Tassin tiene otros proyectos: "Mi próximo sueño es viajar a Europa y a Estados Unidos y hacer negocios con otras compañías, trayéndolas aquí, donde hace falta de todo", dice. Casado y padre de 6 chicos, Tassin se enorgullece al contar que está pagando un salario de 200 dólares por mes a cada uno de sus diez empleados, mientras que él gana cerca de 1500 dólares, un sueldo espectacular para el Irak de la posguerra.
.
Ojos llenos de esperanza
.
Nadia Jasim, una joven abogada de 25 años, jefa del departamento legal del Centro de Convenciones -el virtual cuartel general de la Autoridad Provisional de la Coalición-, también está mejor. Al margen de que dice que "ahora sufrimos porque no hay seguridad, la criminalidad aumentó y la vida es sumamente peligrosa, sobre todo para las mujeres", y quiere que los norteamericanos se vayan de su tierra, Nadia admite que ahora tiene más esperanza en el futuro. "Tenemos que aprender a vivir en democracia, pero ahora podemos expresarnos libremente", explica.
.
Ojos y pelo negros, al puntualizar que trabajaba en el mismo lugar antes de la guerra -queriendo dejar en claro que no está trabajando para las fuerzas de la coalición-, Nadia ahora gana 100 dólares por mes. "Durante la época de Saddam, el salario era de tres dólares", indica, y con lo que está ahorrando quiere comprarse una computadora. ¿Cuál es su sueño? "Que haya paz, viajar a cualquier país para profundizar mis estudios, casarme y tener dos hijos varones", contesta, con ojos llenos de esperanza.
.
La misma mirada puede notarse en decenas de jóvenes iraquíes que, en el mismo Centro de Convenciones, están llenando formularios para poder ingresar en la nueva policía iraquí. Un empleo que les dará unos mil dólares anuales, en un trabajo sumamente peligroso desde que los grupos de resistencia pasaron a tomarlos como blancos, por su colaboracionismo con los "invasores".
.
En la cola para poder aspirar a ese puesto, todas las mañanas se ven cientos de iraquíes con ganas de dar vuelta la página y salir adelante.
.
Los requisitos para ser policía son tener nivel secundario, pasar una prueba de información general, un test médico, un test físico y buenos antecedentes. Una vez sorteada esta primera fase, que dura cuatro días, los elegidos pasan a tener un curso de entrenamiento de seis semanas en Jordania y luego en la Academia de Policía de esta capital.
.
Antes de pasar a dar su examen, Alí Saad, de 19 años, reconoce que está nervioso. "Inshallah" ("si dios quiere"), como dice a esta enviada, será un policía del nuevo Irak.
.
Por Elisabetta Piqué
Enviada especial
.<< Comienzo de la notaBAGDAD.- "Muchas veces quise escaparme del brutal régimen de Saddam, incluso arriesgué mi vida, pero siempre fracasé. Recuperada la libertad, después de la guerra, pude poner mi empresa, me va bien y ya no pienso en irme, sino en seguir expandiendo mis negocios", dice satisfecho Tassin Hussen, sentado en su cómoda oficina del barrio de Al Mansur, una zona rica de esta capital.
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Pese a la inseguridad y a la violencia que caracterizan el primer aniversario de la operación anglo-norteamericana, Tassin es uno de los tantos iraquíes que, si bien por ahora son minoría, han salido adelante, están mucho mejor y ven el futuro con esperanza.
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Ingeniero industrial, pero obligado como miles de habitantes de este castigado país a formar parte del ejército, Tassin solía trabajar en el departamento de computación del Ministerio de Defensa. "Pero mi sueño era liberarme de esa jaula y poner mi propia empresa", cuenta a LA NACION.
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Fue así que, nada más caer la dictadura, lo primero que hizo fue viajar a Erbil, en la zona autónoma kurda del norte de Irak, donde logró obtener la licencia para abrir en Bagdad una oficina de Dalya-Sat Telecom, una empresa que provee de lo necesario para conexiones rápidas a Internet vía satélite. Junto con dos amigos, Karim y Hassan, cumplió el sueño del negocio propio, "finalmente en libertad".
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Aunque tiene competencia, porque hay otras empresas que venden el mismo servicio, desde que comenzó en mayo pasado, a Tassin, de 42 años, le está yendo muy bien. Después de años de dictadura, cuando hasta navegar libremente por Internet estaba prohibido, en Bagdad ha habido un verdadero boom de cibercafés.
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Pero Tassin tiene otros proyectos: "Mi próximo sueño es viajar a Europa y a Estados Unidos y hacer negocios con otras compañías, trayéndolas aquí, donde hace falta de todo", dice. Casado y padre de 6 chicos, Tassin se enorgullece al contar que está pagando un salario de 200 dólares por mes a cada uno de sus diez empleados, mientras que él gana cerca de 1500 dólares, un sueldo espectacular para el Irak de la posguerra.
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Ojos llenos de esperanza
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Nadia Jasim, una joven abogada de 25 años, jefa del departamento legal del Centro de Convenciones -el virtual cuartel general de la Autoridad Provisional de la Coalición-, también está mejor. Al margen de que dice que "ahora sufrimos porque no hay seguridad, la criminalidad aumentó y la vida es sumamente peligrosa, sobre todo para las mujeres", y quiere que los norteamericanos se vayan de su tierra, Nadia admite que ahora tiene más esperanza en el futuro. "Tenemos que aprender a vivir en democracia, pero ahora podemos expresarnos libremente", explica.
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Ojos y pelo negros, al puntualizar que trabajaba en el mismo lugar antes de la guerra -queriendo dejar en claro que no está trabajando para las fuerzas de la coalición-, Nadia ahora gana 100 dólares por mes. "Durante la época de Saddam, el salario era de tres dólares", indica, y con lo que está ahorrando quiere comprarse una computadora. ¿Cuál es su sueño? "Que haya paz, viajar a cualquier país para profundizar mis estudios, casarme y tener dos hijos varones", contesta, con ojos llenos de esperanza.
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La misma mirada puede notarse en decenas de jóvenes iraquíes que, en el mismo Centro de Convenciones, están llenando formularios para poder ingresar en la nueva policía iraquí. Un empleo que les dará unos mil dólares anuales, en un trabajo sumamente peligroso desde que los grupos de resistencia pasaron a tomarlos como blancos, por su colaboracionismo con los "invasores".
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En la cola para poder aspirar a ese puesto, todas las mañanas se ven cientos de iraquíes con ganas de dar vuelta la página y salir adelante.
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Los requisitos para ser policía son tener nivel secundario, pasar una prueba de información general, un test médico, un test físico y buenos antecedentes. Una vez sorteada esta primera fase, que dura cuatro días, los elegidos pasan a tener un curso de entrenamiento de seis semanas en Jordania y luego en la Academia de Policía de esta capital.
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Antes de pasar a dar su examen, Alí Saad, de 19 años, reconoce que está nervioso. "Inshallah" ("si dios quiere"), como dice a esta enviada, será un policía del nuevo Irak.
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Por Elisabetta Piqué
Enviada especial