Internacional

El hombre se llama Sparmurat Niazov. Es un tipo bastante bizarro que se ha autoproclamado gobernante perpetuo de la rica ex república soviética de Turkmenistán.

La más reciente "aventura intelectual" de este ex dirigente comunista y hoy rabioso nacionalista (je, un comunista que termina siendo facho q casualidad), ha sido el ultimátum de seis meses a sus ministros para que aprendan perfectamente inglés o serán echados de la cartera y de cualquier esperanza de volver a la actividad pública.

"Tú en seis meses debes hablar inglés. Estúdialo de noche, en casa, tomando lecciones pagas o por tu cuenta, como autodidacta, pero quiero que aprendas inglés. Si no, no serás más ministro", le dijo en público a su jefe de Industria Petrolera, Gurbanmyrat Atayev.

El presidente, elegido en 1999 y de por vida para conducir los des tinos del pequeño país del Asia Central, se hace llamar "turkmenbashi" o padre de todos los turkmenos.

Su último capricho por el idioma inglés, que a él no lo comprende por cierto, la dio durante una reunión de dirigentes del sector energético en la capital Ashgabat. "Exijo la misma cosa para todos los otros ministros", tronó la voz del gobernante. En un país con niveles intolerables de represión y censura de prensa y persecución religiosa, no sorprendió que los miembros del gabinete reaccionaran con un silencio hermético.

Turkmenistán es el mayor productor de gas de Asia Central y posee la tercera reserva mundial. Según el presidente perpetuo --que obligó a su pueblo a festejar el día de la madre en el cumpleaños de su progenitora—, eso obliga a profundizar los contactos con el mundo energético internacional y sus ministros deben hablar con los hombres de negocios sin usar interprete.

Ni la orden ni la forma en que fue proferida sorprendieron en Ashabat, acostumbrado el pueblo a los delirios de su gobernante cuyas demandas, de cualquier índole, se cumplen a rajatabla. Este año por ejemplo prohibió a los cantantes el uso del playback. Y en otra medida inexplicable, cerró todos los hospitales y bibliotecas en el interior del país, lo que obliga a la población rural a viajar grandes distancias para atenderse en algún centro asistencial o conseguir un libro.

Hace poco destinó US$ 18 millones para construir, en el desierto del Karabum, un enorme zoológico donde quiere colocar pingüinos antárticos, pese a que la temperatura llega a los 40 grados a la sombra.

Centro de un absurdo culto a la personalidad, las usinas oficiales aseguran que Niazov es un auténtico genio literario, cuestión que, por cierto, nadie se atreve a poner en duda. Un libro de su autoría y que relata historias en tono legendario de su vida y la de su familia, es el que usan los niños para aprender a leer en la escuela.

Por si existe alguna duda sobre el lugar que se ha dado en la historia. se hizo construir en la capital una gigantesca estatua de oro que tiene el atributo de girar siguiendo al sol.