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La Armada Invencible, primer gran fracaso de España...
Enviado por el día 4 de Junio de 2006 a las 21:34
http://es.wikipedia.org/wiki/Armada_Invencible La Noble Gran Bretaña derrotó a la prepotente España... Qué Dios salve a la Reina...
Re: La Armada Invencible, primer gran fracaso de España...
Enviado por el día 4 de Junio de 2006 a las 21:41
Tergiversaciones históricas
Quizá la primera y la más extendida de las tergiversaciones que sucedieron al desastre de la Armada, es precisamente la de traducir dicho desastre en una victoria militar inglesa.
El abandono de la pretensión de invadir Inglaterra por parte de la Grande y Felicísima Armada, se debe atribuir, principalmente a la muerte (probablemente envenenado por agentes ingleses) del genial almirante que había diseñado la Armada Invencible y que estaba destinado a mandarla, Don Ýlvaro de Bazán, y a la imposibilidad de utilizar libremente los puertos de Flandes, debido al levantamiento contra el dominio español de aquella zona.
Otra idea que subsiste erróneamente, es que el fracaso de la Grande y Felicísima Armada supuso un desastre decisivo para España, a raíz del cual Inglaterra se consolidó como primera potencia naval, se dedicó con total éxito e impunidad al saqueo de las flotas de Indias españolas y sometió a todo tipo de humillaciones a la desastrada marina española. En realidad, ocurrió justo lo contrario. Como se ha mencionado previamente, el combate que la flota enviada por Felipe II sostuvo con la Royal Navy fue tan solo una de las primeras escaramuzas de una guerra intermitente que comenzó en 1585, y en la que España terminaría por imponerse a Inglaterra en 1604. España se recuperó muy rápidamente del desastre, y Felipe II mandó construir una nueva flota tomando nota de las innovaciones introducidas por los ingleses en la batalla de Las Gravelinas y aunándolas con la gran experiencia española en la construcción de barcos. A partir de estos hechos y hasta el final de la guerra España derrotó a Inglaterra en la gran mayoría de los combates librados por ambos reinos, tanto en la mar como en tierra. Inglaterra permaneció a raíz de su enfrentamiento con España como una potencia marítima relativamente débil hasta mediados del siglo XVIII, cuando consiguió arrebatar el rango de segunda potencia naval a la marina francesa.
Quizá la primera y la más extendida de las tergiversaciones que sucedieron al desastre de la Armada, es precisamente la de traducir dicho desastre en una victoria militar inglesa.
El abandono de la pretensión de invadir Inglaterra por parte de la Grande y Felicísima Armada, se debe atribuir, principalmente a la muerte (probablemente envenenado por agentes ingleses) del genial almirante que había diseñado la Armada Invencible y que estaba destinado a mandarla, Don Ýlvaro de Bazán, y a la imposibilidad de utilizar libremente los puertos de Flandes, debido al levantamiento contra el dominio español de aquella zona.
Otra idea que subsiste erróneamente, es que el fracaso de la Grande y Felicísima Armada supuso un desastre decisivo para España, a raíz del cual Inglaterra se consolidó como primera potencia naval, se dedicó con total éxito e impunidad al saqueo de las flotas de Indias españolas y sometió a todo tipo de humillaciones a la desastrada marina española. En realidad, ocurrió justo lo contrario. Como se ha mencionado previamente, el combate que la flota enviada por Felipe II sostuvo con la Royal Navy fue tan solo una de las primeras escaramuzas de una guerra intermitente que comenzó en 1585, y en la que España terminaría por imponerse a Inglaterra en 1604. España se recuperó muy rápidamente del desastre, y Felipe II mandó construir una nueva flota tomando nota de las innovaciones introducidas por los ingleses en la batalla de Las Gravelinas y aunándolas con la gran experiencia española en la construcción de barcos. A partir de estos hechos y hasta el final de la guerra España derrotó a Inglaterra en la gran mayoría de los combates librados por ambos reinos, tanto en la mar como en tierra. Inglaterra permaneció a raíz de su enfrentamiento con España como una potencia marítima relativamente débil hasta mediados del siglo XVIII, cuando consiguió arrebatar el rango de segunda potencia naval a la marina francesa.