Internacional
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Hay que respetar Constituciones.
Enviado por el día 8 de Junio de 2004 a las 21:08
La captura de Saddam viola la Constitución de EE.UU.
por Sheldon Richman , enero 2004
Saddam Hussein avanzó bastante hacia el establecimiento del tipo de totalitarismo que emergió a comienzos del siglo XX en Rusia, luego en Italia y en Alemania. Era un régimen basado en un partido y una ideología penetrantes, la autoadulación por parte del dictador (con los privilegios concomitantes), y el gobierno del terror. El régimen combinaba represión brutal, incluyendo formas irrepetibles de tortura y asesinato, con auxiliares como el racionamiento de alimentos y la asistencia médica. La inclusión de características del estado de bienestar era una admisión de que la fuerza brutal y el miedo no son suficientes para mantener al pueblo como esclavo político. A menos que sean inducidos a creer que necesitan al régimen – es decir que el terror es en cierta forma necesario – la gente sigue siendo capaz de rebelarse.
Ahora este hombre que quería ser visto como el padre de todos los iraquíes ha sido rebajado, sacado de un pozo en la tierra viéndose como un pordiosero común.
¿Qué amante de la libertad no puede sentir placer al ver a Saddam llegar a su fin en este camino? Al leer en el Washington Post acerca de cuatro iraquíes que se necesitaron para confrontar la captura de Saddam, uno puede imaginarse su satisfacción al ver al tirano tratado como merece: como un criminal.
El disfrutar de su destino, desafortunadamente, no debería ser total. La captura de Saddam y su amenaza de juicio y castigo no pueden desligarse de la manera en que fue depuesto y capturado. Fue el resultado de un ejercicio impropio e inconstitucional del gobierno de Estados Unidos, por un presidente convencido de que el imperio del derecho, incluyendo del derecho internacional, es elástico.
Contrario a lo que algunos pueden pensar, este no es el momento para olvidar la conducta ilegal de la administración de Bush. Quienes experimentan una clara satisfacción por la captura de Saddam necesitan verificar sus premisas. Están voluntariosamente evadiendo varias consideraciones que son demasiado importantes como para ser ignoradas.
Puede no importar en el actual Estados Unidos postconstitucional, pero hubo una época en que pensar en tropas estadounidenses persiguiendo al dictador de otro país habría dado asco en este país. El fracaso en encontrar armas que podrían haber amenazado al pueblo estadounidense y la falta de evidencia de que Saddam participó en los ataques del 11 de septiembre dejaron a la administración Bush con una última racionalización por su guerra ilegal y no declarada: la liberación y la reforma de Irak. El presidente, su vocero, y su encargado de prensa hablan de fosas colectivas y las perspectivas de la democracia. Esas son razones suficientes, dicen. ¿Lo son?
Nadie debería estar sorprendido por las fosas colectivas. Se sabía que Saddam era un genocida cuando aún era un aliado del gobierno de Estados Unidos a fines del 80 y los neoconservadores lo proclamaban la voz de la moderación en Medio Oriente. (Esto fue después de que fue ayudado a asumir el poder por la ubicua CIA.) Respecto de instaurar la democracia, parece que no se ha aprendido nada desde 1917, cuando la guerra para hacer que el mundo sea más seguro para la democracia dio paso a la peor era imaginable de despotismo europeo. El proyecto de llevar la paz a Irak debe parecer extraño para quienes en todo el mundo se dan cuenta de que la administración de Bush es aliada de gobernantes bastante desagradables de Medio Oriente y Asia Central. Si la mayoría de los estadounidenses no ven nada peculiar en esto, sólo puede ser debido a que su gobierno ha hecho este tipo de cosas desde hace mucho tiempo.
Pero aún si la democracia fuera una vid que fácilmente echara raíces en el suelo iraquí, eso no justificaría lo que hizo el Presidente Bush. El fin no justifica los medios. ¿O eso sólo se utiliza para los demás?
Me doy cuenta de que mencionar los límites constitucionales del gobierno en momentos como este es tan bien recibido como decirle a un conductor designado? que no debería haber pedido esa cerveza. Pero allá va. La Constitución delegó una breve lista de poderes al Congreso. Cualquier poder no delegado expresamente está por lo tanto más allá de los límites. En ninguna parte de esa lista se encuentra nada que se refiera a que el gobierno de Estados Unidos puede liberar pueblos cautivos en otras tierras.
Eso hace que la guerra sea inconstitucional – aún si el Congreso la hubiera declarado, cosa que no hizo. ¿Cómo podemos llevar libertad a Irak cuando la estamos perdiendo aquí?
Sheldon Richman es miembro senior de The Future of Freedom Foundation, editor de la revista Ideas on Liberty y autor de "'Ancient History': U.S. Conduct in the Middle East since World War II and the Folly of Intervention.".
por Sheldon Richman , enero 2004
Saddam Hussein avanzó bastante hacia el establecimiento del tipo de totalitarismo que emergió a comienzos del siglo XX en Rusia, luego en Italia y en Alemania. Era un régimen basado en un partido y una ideología penetrantes, la autoadulación por parte del dictador (con los privilegios concomitantes), y el gobierno del terror. El régimen combinaba represión brutal, incluyendo formas irrepetibles de tortura y asesinato, con auxiliares como el racionamiento de alimentos y la asistencia médica. La inclusión de características del estado de bienestar era una admisión de que la fuerza brutal y el miedo no son suficientes para mantener al pueblo como esclavo político. A menos que sean inducidos a creer que necesitan al régimen – es decir que el terror es en cierta forma necesario – la gente sigue siendo capaz de rebelarse.
Ahora este hombre que quería ser visto como el padre de todos los iraquíes ha sido rebajado, sacado de un pozo en la tierra viéndose como un pordiosero común.
¿Qué amante de la libertad no puede sentir placer al ver a Saddam llegar a su fin en este camino? Al leer en el Washington Post acerca de cuatro iraquíes que se necesitaron para confrontar la captura de Saddam, uno puede imaginarse su satisfacción al ver al tirano tratado como merece: como un criminal.
El disfrutar de su destino, desafortunadamente, no debería ser total. La captura de Saddam y su amenaza de juicio y castigo no pueden desligarse de la manera en que fue depuesto y capturado. Fue el resultado de un ejercicio impropio e inconstitucional del gobierno de Estados Unidos, por un presidente convencido de que el imperio del derecho, incluyendo del derecho internacional, es elástico.
Contrario a lo que algunos pueden pensar, este no es el momento para olvidar la conducta ilegal de la administración de Bush. Quienes experimentan una clara satisfacción por la captura de Saddam necesitan verificar sus premisas. Están voluntariosamente evadiendo varias consideraciones que son demasiado importantes como para ser ignoradas.
Puede no importar en el actual Estados Unidos postconstitucional, pero hubo una época en que pensar en tropas estadounidenses persiguiendo al dictador de otro país habría dado asco en este país. El fracaso en encontrar armas que podrían haber amenazado al pueblo estadounidense y la falta de evidencia de que Saddam participó en los ataques del 11 de septiembre dejaron a la administración Bush con una última racionalización por su guerra ilegal y no declarada: la liberación y la reforma de Irak. El presidente, su vocero, y su encargado de prensa hablan de fosas colectivas y las perspectivas de la democracia. Esas son razones suficientes, dicen. ¿Lo son?
Nadie debería estar sorprendido por las fosas colectivas. Se sabía que Saddam era un genocida cuando aún era un aliado del gobierno de Estados Unidos a fines del 80 y los neoconservadores lo proclamaban la voz de la moderación en Medio Oriente. (Esto fue después de que fue ayudado a asumir el poder por la ubicua CIA.) Respecto de instaurar la democracia, parece que no se ha aprendido nada desde 1917, cuando la guerra para hacer que el mundo sea más seguro para la democracia dio paso a la peor era imaginable de despotismo europeo. El proyecto de llevar la paz a Irak debe parecer extraño para quienes en todo el mundo se dan cuenta de que la administración de Bush es aliada de gobernantes bastante desagradables de Medio Oriente y Asia Central. Si la mayoría de los estadounidenses no ven nada peculiar en esto, sólo puede ser debido a que su gobierno ha hecho este tipo de cosas desde hace mucho tiempo.
Pero aún si la democracia fuera una vid que fácilmente echara raíces en el suelo iraquí, eso no justificaría lo que hizo el Presidente Bush. El fin no justifica los medios. ¿O eso sólo se utiliza para los demás?
Me doy cuenta de que mencionar los límites constitucionales del gobierno en momentos como este es tan bien recibido como decirle a un conductor designado? que no debería haber pedido esa cerveza. Pero allá va. La Constitución delegó una breve lista de poderes al Congreso. Cualquier poder no delegado expresamente está por lo tanto más allá de los límites. En ninguna parte de esa lista se encuentra nada que se refiera a que el gobierno de Estados Unidos puede liberar pueblos cautivos en otras tierras.
Eso hace que la guerra sea inconstitucional – aún si el Congreso la hubiera declarado, cosa que no hizo. ¿Cómo podemos llevar libertad a Irak cuando la estamos perdiendo aquí?
Sheldon Richman es miembro senior de The Future of Freedom Foundation, editor de la revista Ideas on Liberty y autor de "'Ancient History': U.S. Conduct in the Middle East since World War II and the Folly of Intervention.".
Re: Hay que respetar Constituciones.
Enviado por el día 8 de Junio de 2004 a las 21:14
Es algo que nunca habia pensado... ninguna constitucion en el mundo establece que el ejecutivo tiene el poder de deponer gobiernos extranjeros, o de detener a ciudadanos extranjeros fuera del territorio nacional.
Re: Re: Hay que respetar Constituciones.
Enviado por el día 8 de Junio de 2004 a las 21:18
En cualquier caso es indudable que hay casos en que es indispensable hacerlo. Lo mejor es que se haga en nombre de la ONU, en lugar de un solo país.
Re: Re: Hay que respetar Constituciones.
Enviado por el día 9 de Junio de 2004 a las 11:57
Me gustó mucho un texto que alguien dejó colgado por aquí (no recuardo quien). En el que se comentaba como EE.UU. desea que Sadam sea juzgado en Iraq, porque en el caso de hacerlo en La Haya se destaparían muchas cosas que no les interesaría.