Internacional

La escalada criminal del Estado sionista puso en evidencia algunas realidades ignoradas por la prensa occidental y, por ende, desconocidas para la opinión pública de esta parte del globo.

Veamos.

Es obvio que Hezbollah no es una "banda terrorista", como viene calificando el sionismo desde hace 50 años a todas las organizaciones combatientes, sin excepción de credo o ideología. Es una fuerza política de enorme arraigo popular en el Líbano, que cuenta con una milicia armada poderosa y profesional, lo que es lógico en un país casi sin Ejército propio y que estuvo ocupado, y aun lo está (Granjas de Shebba), durante 20 años por un vecino expansionista y armado hasta los dientes.

Quienes practican un terrorismo criminal son las tropas sionistas, como lo revelan las cifras de víctimas de este conflicto. La proporción de civiles muertos respecto de combatientes fue del 80% al 20% en el caso de libaneses y la inversa en caso de israelíes. Eso sin considerar las cifras absolutas (800 civiles libaneses vs. 25 civiles israelíes). Esto ya se sabía desde hace 60 años, aunque los medios de comunicación muestran con crudeza la barbarie de los ataques sionistas y la tragedia árabe.

La guerra también permitió conocer la existencia de alrededor de 10.000 presos políticos palestinos y libaneses en Israel. Una cifra sorprendente, que contrasta con los ridículos motivos esgrimidos para desecadenas la ofensiva sionista (el secuestro de dos soldados).

La cobardía y subordinación de los gobiernos árabes pro-occidentales. Solo se solidarizaron con el Líbano cuando advirtieron que los objetivos militares de Israel fracasaban y que dentro de sus propios paises crecía el clamor popular y el apoyo a Hezbollah.

El problema palestino se mantiene al rojo vivo y su población brutalmente oprimida y a merced del Estado sionista. Israel se niega sistemáticamente a cualquier salida negociada que la lleve a cumplir con las resoluciones de las NU.

Por último, como sucede desde su misma fundación, la entidad sionista es el brazo armado de EE.UU. para diseñar un Medio Oriente a la medida de sus intereses, lo que se ve exacerbado en la actualidad como consecuencia de la belicocidad del imperialismo yanqui bajo el mandato de Bush.

Hay que agregar, para concluir, que quedó seriamente dañado el mito absurdo de la invencibilidad del ejército sionista.

Por el contrario, se fortaleció la lucha histórica y la solidaridad del mundo árabe en su inclaudicable enfrentamiento con el Estado fascista de Israel.

Saludos,