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No lloréis por Arafat
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2004 a las 17:34
Interesante articulo: No lloréis por Arafat. Lorenzo Bernaldo de Quirós
En Arafat, el instinto del terrorista predominó siempre sobre el del estadista. No fue un “moisés” que llevó a su pueblo a las puertas de la Tierra Prometida sino un flautista de Hamelin que le condujo al desastre. Su salida de la escena es una oportunidad de oro para pacificar el Oriente Medio y para proporcionar un futuro mejor a su castigado pueblo
La historia sangrienta de Arafat es larga. Fue el líder terrorista más emblemático del mundo hasta la emergencia de Al-Qeda. Algunos episodios ilustran sus proezas: La masacre de los atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de 1972 en Munich, la eliminación de dos diplomáticos norteamericanos en el Sudán de 1973, la aniquilación de dos docenas de niños israelitas en la escuela de Maalot en 1974, la ejecución de un anciano paralítico cuando secuestraron el Achille Lauro en 1985 y, en los últimos años, su apoyo a los atentados perpetrados por “hombres-bomba” suicidas contra objetivos no militares en Israel. Cuando se habla de la violencia del Estado judío contra los palestinos, se olvida un hecho fundamental: El 55 por 100 de los muertos por la Causa Palestina han sido combatientes, mientras el 80 por 100 de los caídos judíos fueron civiles (International Policy Center for Counter-Terrorism, 21 de mayo de 2003)
Con la lógica implacable de un dictador tercermundista, sus víctimas no fueron sólo los “enemigos externos”, sino también los palestinos moderados contrarios a su estrategia terrorista y/o los críticos de su gobierno. En 1987, el dibujante Ali Naji Adhami fue asesinado en las calles de Londres por haber insinuado que Arafat tenía un “lío” con una mujer casada. En Ramala, numerosos miembros de la oposición han sido encarcelados y torturados. En 1999, Muawiya Al-Masri, miembro del Consejo Legislativo de Palestina, fue tiroteado por denunciar en un periódico jordano la corrupción del gabinete Arafat
En 1996, Arafat dijo en Estocolmo lo siguiente: “Planeamos eliminar el Estado de Israel y establecer un Estado palestino puro. Haremos la vida insoportable para los judíos mediante la guerra sicológica y los ataques a la población...Lo tomaremos todo, incluido Jerusalén”. Estas eran las palabras conciliadoras lanzadas por el personaje que en 1988 declaró terminada la fase terrorista de la Causa Palestina, que reconoció en ese mismo año el derecho a existir de Israel y que había recibido el Premio Nóbel de la Paz en 1993. Que Alá le guarde en su seno. No lloréis por Arafat, sino por ese pueblo al que ha dirigido a una encrucijada diabólica.
En Arafat, el instinto del terrorista predominó siempre sobre el del estadista. No fue un “moisés” que llevó a su pueblo a las puertas de la Tierra Prometida sino un flautista de Hamelin que le condujo al desastre. Su salida de la escena es una oportunidad de oro para pacificar el Oriente Medio y para proporcionar un futuro mejor a su castigado pueblo
La historia sangrienta de Arafat es larga. Fue el líder terrorista más emblemático del mundo hasta la emergencia de Al-Qeda. Algunos episodios ilustran sus proezas: La masacre de los atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de 1972 en Munich, la eliminación de dos diplomáticos norteamericanos en el Sudán de 1973, la aniquilación de dos docenas de niños israelitas en la escuela de Maalot en 1974, la ejecución de un anciano paralítico cuando secuestraron el Achille Lauro en 1985 y, en los últimos años, su apoyo a los atentados perpetrados por “hombres-bomba” suicidas contra objetivos no militares en Israel. Cuando se habla de la violencia del Estado judío contra los palestinos, se olvida un hecho fundamental: El 55 por 100 de los muertos por la Causa Palestina han sido combatientes, mientras el 80 por 100 de los caídos judíos fueron civiles (International Policy Center for Counter-Terrorism, 21 de mayo de 2003)
Con la lógica implacable de un dictador tercermundista, sus víctimas no fueron sólo los “enemigos externos”, sino también los palestinos moderados contrarios a su estrategia terrorista y/o los críticos de su gobierno. En 1987, el dibujante Ali Naji Adhami fue asesinado en las calles de Londres por haber insinuado que Arafat tenía un “lío” con una mujer casada. En Ramala, numerosos miembros de la oposición han sido encarcelados y torturados. En 1999, Muawiya Al-Masri, miembro del Consejo Legislativo de Palestina, fue tiroteado por denunciar en un periódico jordano la corrupción del gabinete Arafat
En 1996, Arafat dijo en Estocolmo lo siguiente: “Planeamos eliminar el Estado de Israel y establecer un Estado palestino puro. Haremos la vida insoportable para los judíos mediante la guerra sicológica y los ataques a la población...Lo tomaremos todo, incluido Jerusalén”. Estas eran las palabras conciliadoras lanzadas por el personaje que en 1988 declaró terminada la fase terrorista de la Causa Palestina, que reconoció en ese mismo año el derecho a existir de Israel y que había recibido el Premio Nóbel de la Paz en 1993. Que Alá le guarde en su seno. No lloréis por Arafat, sino por ese pueblo al que ha dirigido a una encrucijada diabólica.
Re: No lloréis por Arafat
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2004 a las 17:41
Y ahora le honran como a un Santo Varón ¿Qué os parece?
Re: Re: Re: No lloréis por Arafat
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2004 a las 19:31
Buen articulo, pero siempre habrá gente dispuesta a falsear la historia.
Tambien lloraron a Hitler , Stalin o Pol Pot.
Sin ir mas lejos aquí en España se calcula que un millon de personas visitaron el feretro de Franco antes de enterrarlo.
En fin...., siempre hay un roto para un descosido.
Tambien lloraron a Hitler , Stalin o Pol Pot.
Sin ir mas lejos aquí en España se calcula que un millon de personas visitaron el feretro de Franco antes de enterrarlo.
En fin...., siempre hay un roto para un descosido.
Re: Re: Re: No lloréis por Arafat
Enviado por el día 18 de Noviembre de 2004 a las 23:06
Y viste el mio?