Economía

Como casí todas las guerras del mundo,la última guerra de Iraq tiene un claro trasfondo económico. Obviando la injusticia de este hecho, y desde un punto de vista económico, esta guerra financiada en gran parte con el aumento del deficit presupuestario norteamericano pretende reactivar una economía que mostraba claros síntomas de debilidad, debido a la incorrecta política económica de su presidente. En este caso, el intento de reactivación supone por un lado:
- Una inyección inmediata de dinero en empresas suministradoras de la defensa, tan importante como el 70 % del costo de la guerra.
- Una gran potencialidad de negocio en un país que requiere de todo tipo de servicios, para los que sin lugar a dudas las empresas norteamericanas se encuentran en mejor situación que el resto.

Es por lo tanto esta guerra una inversión para reactivar la economía norteamericana y que trata de maquillar una ayuda del Estado al sector privado, y en concreto a uno tan estratégico y con tanta importancia como la defensa. En breve, los beneficios económicos de la reconstrucción servirán así mismo para equilibrar el deficit comercial de EE.UU.
Una vez más una guerra que esconde intereses muy distintos a los realmente expuestos.