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6 de Noviembre de 2005

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Areopagítica
Bitácora de Alberto Illán Oviedo

¿Guerra entre Etiopía y Eritrea?

Desde que en 1993, el gobierno etíope reconoció la independencia de Eritrea, tras varias décadas de guerra contínua, la convivencia entre los dos países no ha sido fácil y ha estado plagada de violencia e incidentes. La situación paupérrima de ambos, protagonistas del primer Live Aid, no se ha mejorado mucho por mucho dinero que haya llegado a la zona y por mucho músico que haya cantado en busca de un mundo mejor.

Según el general Rajender Singh, comandante en jefe de la Misión de la ONU para Etiopía y Eritrea (UNMEE), "en el lado etíope, elementos de defensa se han movido a unos 20 ó 30 kilómetros de la frontera, una parte de los tanques se han adelantado diez kilómetros y hay tanques en áreas donde antes no había". En la parte eritrea, se ha constatado "un aumento de tropas armadas en varios focos" en la Zona Temporal de Seguridad así como "una gran concentración de tropas en Tesseney", en el extremo oeste del país.

Por si esto fuera poco, según informa EFE, el presidente de Etiopía, Meles Zenawi, lamentó hoy la escalada de violencia registrada en su país, donde el viernes murieron unos 40 participantes en una manifestación, y acusó a la oposición de instrumentalizar a los jóvenes. Hubo además 3.000 detenidos y se lanzaron, también según el presidente, granadas de mano desde la muchedumbre. La manifestación se hizo coincidir con una conferencia celebrada en Bonn que pretendía estudiar la problemática africana.

El presidente eritreo Isaías Afewerki restringió el pasado 5 de octubre los vuelos de reconocimiento de UNMEE forzando la evacuación de 18 de sus 40 puestos de observación y se limitó el movimiento de vehículos terrestres en algunas carreteras. Además, ha criticado al Consejo de Seguridad de la ONU por su falta de voluntad para presionar a Etiopía a cumplir el dictamen de La Haya.

"La ONU ha fracasado en sus obligaciones de mantener la paz regional y los acuerdos de Argel".

Una guerra entre los dos países sería devastadora para la población pero los dos Estados parece que se han empeñado en llevarla a cabo, la cristiana Eritrea (coptos) y la algo más musulmana Etiopía (sigue siendo mayoritario el cristianismo) podrían ser un nuevo caldo de cultivo para el islamismo terrorista.

Además de todo esto, hoy se ha perpetrado un atentado contra el primer ministro de Somalia con el resultado de nueve muertos. Según cuenta EFE:

"El primer ministro de Somalia, Mohamed Ali Gedi, salió hoy ileso de un atentado nada más llegar a Mogadiscio, al estallar una mina con control remoto que mató a nueve miembros de su comitiva. Se trataba de la primera vez que Gedi llegaba a Mogadiscio desde que el 3 de mayo pasado una veintena de personas resultaron muertas en un estadio de esta capital cuando Gedi pronunciaba un discurso. Oficialmente se habló de la explosión accidental de una granada, aunque posteriormente se abrió paso la posibilidad de que fuera un atentado. La explosión se produjo cuando la comitiva del primer ministro se dirigía desde el aeropuerto de Eseley hacia el hotel donde iba a alojarse la delegación. Fuentes médicas dijeron a EFE que además de los nueve muertos hay dieciocho heridos".

Comentarios

 
Normalmente despierta poco interés lo que sucede en Ýfrica. Tan poco, realmente, que la mayoría de la gente limita su análisis a la superficialidad de lamentar lo desgraciados que son los negritos que pasan hambre y lo injusto que es que haya una diferencia tan grande de nivel de vida entre ellos y nosotros.

Lo que pasa cuando uno profundiza un poco en la realidad africana es que de pronto todas esas injusticias terribles ya no nos parecen causadas por nuestro bienestar (puesto que la prosperidad no es un juego de suma cero en la economía mundial), ni por el occidente dinámico que crea empresas, sino por una ONU indiferente o negligente, y por unos políticos socialdemócratas cobardes que no tienen lo que hay que tener para abrir el comercio y dejar de subvencionar negocios no rentables y, a un tiempo, apoyan a los déspotas africanos y apuestan por políticas socialistas en el tercer mundo con el dinero de los contribuyentes capitalistas del primero.

Los déspotas africanos no respetan la propiedad ni la vida de las personas, no hay estado de derecho en sus satrapías yermas. Viven de lo que les transfieren desde fuera para, supuestamente, hacer crecer y mejorar a sus países. Mantienen sus ejércitos represores y sus lujos sibaritas con el dinero que debiera fomentar el desarrollo.

Y, para colmo, están en perpetuo estado de guerra civil, lo cual es la antítesis del liberalismo.

Enviado por el día 7 de Noviembre de 2005 a las 17:15 (1)
Como no maten a más de mil en un día no merecerá ni un minuto de telediario.
Enviado por el día 7 de Noviembre de 2005 a las 18:35 (2)

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