Seny
15 de Octubre de 2006
De febrero del 2004 hasta abril del 2005, dejé esta bitácora desatendida. En ese momento, tenía asuntos personales que me hacían demasiado difícil mantenerla con un mínimo de fluidez. Ahora la vuelvo a dejar, pero de verdad, definitivamente.
Las causas son varias y paso de enrollarme: básicamente, esto ya me aporta poco y prefiero dedicar el escaso tiempo a explorar asuntos nuevos que abundar en estos temas que tanto me han gustado.
Desde que empecé la bitácora en agosto del 2003, y antes ya escribiendo en Liberalismo.org, una de las mayores satisfacciones ha sido conocer y aprender de tantos de vosotros. Paso de añadir una lista de agradecimientos que sería demasiado larga, ¡pero Jefe, siempre serás el Jefe! Gracias por todo…
Saludos,
Toni
Uno de los comentaristas señala:Sir: We congratulate the American people upon your re-election by a large majority.
- Karl Marx letter to Abe Lincoln, November 1864
Lincoln invaded the South without the consent of Congress, as called for in the Constitution; declared martial law; blockaded Southern ports without a declaration of war, as required by the Constitution; illegally suspended the writ of habeas corpus; imprisoned without trial thousands of Northern anti-war protesters, including hundreds of newspaper editors and owners; censored all newspaper and telegraph communication; nationalized the railroads; created three new states without the consent of the citizens of those states in order to artificially inflate the Republican Party’s electoral vote; ordered Federal troops to interfere with Northern elections to assure Republican Party victories; deported Ohio Congressman Clement L. Vallandigham for opposing his domestic policies (especially protectionist tariffs and income taxation) on the floor of the House of Representatives; confiscated private property, including firearms, in violation of the Second Amendment; and effectively gutted the Tenth and Ninth Amendments as well.ACTUALIZACIÓN: Rallo me pasa el texto completo en nuestro idioma:
Muy señor mío:
Saludamos al pueblo americano con motivo de la reelección de Ud. por una gran mayoría.
Si bien la consigna moderada de su primera elección era la resistencia frente al poderío de los esclavistas, el triunfante grito de guerra de su reelección es: ¡muera el esclavismo!
Desde el comienzo de la titánica batalla en América, los obreros de Europa han sentido instintivamente que los destinos de su clase estaban ligados a la bandera estrellada. ¿Acaso la lucha por los territorios que dio comienzo a esta dura epopeya no debía decidir si el suelo virgen de los infinitos espacios sería ofrecido al trabajo del colono o deshonrado por el paso del capataz de esclavos?
Cuando la oligarquía de 300.000 esclavistas se abrevió por vez primera en los anales del mundo a escribir la palabara «esclavitud» en la bandera de una rebelión armada, cuando en los mismos lugares en que había nacido por primera vez, hace cerca de cien años, la idea de una gran República Democrática, en que había sido proclamada la primera Declaración de los Derechos del Hombre [2] y se había dado el primer impulso a la revolución europea del siglo XVIII, cuando, en esos mismos lugares, la contrarrevolución se vanagloriaba con invariable perseverancia de haber acabado con las «ideas reinantes en los tiempos de la creación [19] de la constitución precedente», declarando que «la esclavitud era una institución caritativa, la única solución, en realidad, del gran problema de las relaciones entre el capital y el trabajo», y proclamaba cínicamente el derecho de propiedad sobre el hombre «piedra angular del nuevo edificio», la clase trabajadora de Europa comprendió de golpe, ya antes de que la intercesión fanática de las clases superiores en favor de los aristócratas confederados le sirviese de siniestra advertencia, que la rebelión de los esclavistas sonaría como rebato para la cruzada general de la propiedad contra el trabajo y que los destinos de los trabajadores, sus esperanzas en el porvenir e incluso sus conquistas pasadas se ponían en tela de juicio en esa grandiosa guerra del otro lado del Atlántico. Por eso la clase obrera soportó por doquier pacientemente las privaciones a que le había condenado la crisis del algodón [3], se opuso con entusiasmo a la intervención en favor del esclavismo que reclamaban enérgicamente los potentados, y en la mayoría de los píses de Europa derramó su parte de sangre por la causa justa.
Mientras los trabajadores, la auténtica fuerza palítica del Norte, permitían a la esclavitud denigrar su propia república, mientras ante el negro, al que compraban y vendían, sin preguntar su asenso, se pavoneaban del alto privilegio que tenía el obrero blanco de poder venderse a sí mismo y de elegirse el amo, no estaban en condiciones de lograr la verdadera libertad del trabajo ni de prestar apoyo a sus hermanos europeos en la lucha por la emancipación; pero ese obstáculo en el camino del progreso ha sido barrido por la marea sangrienta de la guerra civil [4].
Los obreros de Europa tienen la firme convicción de que, del mismo modo que la guerra de la Independencia [5] en América ha dado comienzo a una nueva era de la dominación de la burguesía, la guerra americana contra el esclavismo inaugurará la era de la dominación de la clase obrera. Ellos ven el presagio de esa época venidera en que a Abraham Lincoln, hijo honrado de la clase obrera, le ha tocado la misión de llevar a su país a través de los combates sin precedente por la liberación de una raza esclavizada y la transformación del régimen social.
NOTAS
[1] El "Mensaje" de la Asociación Internacional de Trabajadores a A. Lincoln, Presidente de los EE.UU., con motivo de su segunda elección al cargo de Presidente, fue escrito por Marx de acuerdo con la decisión del Consejo General. En el momento más álgido de la guerra civil de los EE.UU., este "Mensaje" tuvo mucha significación.-
[2] Trátase de la "Declaración de la independencia" adoptada el 4 de julio de 1776, en el Congreso de Filadelfia, por los delegados de 13 colonias inglesas en América del Norte. Se proclama en ella que las colonias norteamericanas se separan de Inglaterra para constituir una república independiente: los Estados Unidos de América. En dicho documento se formulan principios democrático-burgueses, como la libertad del individuo, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, la soberanía del pueblo, etc. Sin embargo, la burguesía y los grandes propietarios de tierras norteamericanos vulneraban desde el comienzo los derechos democráticos proclamados en la Declaración, apartaban a las masas populares de la participación en la vida política y conservaron la esclavitud. Los negros, que formaban una parte considerable de la población de la república, quedaron privados de los derechos humanos elementales.
[3] La crisis del algodón fue provocada por el cese de los envíos de algodón desde América por causa del bloqueo de los Estados esclavistas meridionales por la flota del Norte durante la guerra civil. Una gran parte de la industria de tejidos de algodón de Europa estuvo paralizada, lo cual repercutió gravemente en la situación de los obreros. Pese a todas las privaciones, el proletariado europeo apoyaba resueltamente a los Estados del Norte.
[4] La guerra civil de Norteamérica (1861-1865) se libró entre los Estados industriales del Norte y los sublevados Estados esclavistas del Sur. La clase obrera se Inglaterra se opuso a la política de la burguesía nacional, que apoyaba a los plantadores esclavistas, e impidió con su acción la intervención de Inglaterra en esa contienda.
[5] La guerra de la Independencia de las colonias norteamericanas de Inglaterra (1775-1783) contra la dominación inglesa debió su origen a la aspiración de la joven nación burguesa norteamericana a la independencia y a la supresión de los obstáculos que impedían el desarrollo del capitalismo. Como resultado de la victoria de los norteamericanos se formó un Estado burgués independiente: los Estados Unidos de América.
29 de Septiembre de 2006
12 de Septiembre de 2006
El mismo autor, junto a Scott Bieser, está publicando ahora un segundo comic disponible en internet, aparecen páginas nuevas cada viernes y ya llevan más de 150.
Se titula Roswell, Texas y presenta grandes similitudes con la otra novela. Si en Probability el "heroico" asesinato del tirano George Washington hacía triunfar el minarquismo en la joven nación; en Roswell, el "heroico" asesinato de Santa Anna propicia la independencia de Tejas, estilo minarquista, por supuesto.
Y, como es habitual en Smith, las referencias a los personajes famosos dentro y fuera de la literatura liberal son abundantísimos.
Tal vez, deba advertir que, esta vez, Smith ha incluido alguna escenita con señoritas ligeras de ropa, pero es poca cosa, lo soportaréis.
He aquí la primera página, el Ýlamo asediado...
23 de Agosto de 2006
Fernando Díaz Villanueva relata en Libertad Digital la crisis de los misiles de Cuba de 1962. Pero, para mi asombro, la versión de Díaz, a quien tanto me gusta leer, es muy similar a la oficial. Es decir, que los rusos decidieron montar sitios de lanzamiento de misiles nucleares en Cuba para apoyar a Castro y atemorizar a Estados Unidos. Pero, al final, “El águila norteamericana había sacado las garras y extendía sus alas sobre todo el planeta” y “El 26 de octubre Kruschev envió un mensaje a Kennedy. Aceptaba. Sus barcos dieron media vuelta y el conflicto se dio por terminado.” Los americanos habían ganado la batalla pero “aunque entonces se creyera lo contrario, el perdedor fue Estados Unidos y con él el mundo libre. Se consumó la entrega de Cuba al despotismo comunista y esto permitió que la dictadura castrista se afianzase”.
Leyendo a Díaz, me he acordado de otra versión que leí hace años. Es la de Servando González, un escritor norteamericano, cubano de nacimiento, que era oficial del ejército cubano durante la crisis. Es autor, entre otros de The Secret Fidel Castro: Deconstructing the Symbol y The Nuclear Deception: Nikita Khrushchev and the Cuban Missile Crisis. En este último (cuyo título se podría traducir al español como “El engaño nuclear”) desarrolla lo que ya adelantó en el artículo de 2001, al que me refería.
El artículo de González es una reseña de la película de Kevin Costner Thirteen Days, de la que enumera hasta trece errores; mentiras, dice él. Pero, como digo, el cubano no se limita a criticar la película del progre americano sino que le da un vuelco a la interpretación habitual de la crisis. Tras describir la versión oficial, comenta:
Pero es muy difícil de creer que Kruschev planeara instalar misiles en Cuba para proteger a Castro sólo unos pocos días después de que Kruschev hubiese intentado derrocar por la fuerza al caudillo cubano. De hecho, en abril de 1962, cuando Castro hubo descubierto y neutralizado el golpe, expulsó de Cuba al embajador soviético Kudryatvsev (que también trabajaba como oficial del GRU [la inteligencia militar soviética]) y a un grupo de secuaces de su embajada.
González argumenta, además, que los caudillos soviéticos siempre fueron muy recelosos con su armamento atómico y que si no se lo habían dejado a Mao cuando éste se lo pidió, menos se lo iban a dejar al exaltado de Castro.
Según el cubano, el compromiso del Kremlin con Castro “había demostrado ser un fracaso calamitoso” tanto en imagen como en lo económico. Le consideraban “impredecible, volátil, indisciplinado y, a menudo, insensato”.
En tales circunstancias, lo sensato para Kruschev era limitar las pérdidas y salirse del juego, especialmente si tenemos en cuenta que las líneas de suministro soviéticas hasta Cuba eran largas y extremadamente vulnerables. Pero abandonar Cuba voluntariamente habría equivalido a admitir el fracaso y había significado una importante pérdida de credibilidad. Si, en cambio, Castro podía ser eliminado a resultas de una “agresión” americana, entonces Kruschev y la URSS podrían retirarse de Cuba con su honor relativamente inmaculado. Después de una invasión americana de la isla, el fracaso del comunismo en Cuba podría achacarse no a las deficiencias de la gestión comunista de corte soviético en los asuntos cubanos, sino al “imperialismo yankee”.
Así que los rusos empezaron a enviar lo que parecía ser material bélico a la isla caribeña. Pero González observa que estos preparativos se realizaron por parte de los soviéticos con una espectacular falta de secretismo. No usaron camuflaje y sólo se trabajaba de día. Es más, cuando multitud de balseros que arribaban a las costas de Florida declararon haber visto los misiles, Moscú ordenó hacer caso omiso de los temores castristas y dejar que los emigrantes explicaran lo que creían haber visto.
Aunque todas las pruebas apuntaban a la provincia de Pinar del Río, en la parte occidental de Cuba, como la localización más probable de los misiles, sucedió una cosa muy extraña: después del 5 de septiembre, ningún vuelo [espía americano] U-2 se dirigió a esa parte de la isla. No fue hasta el 14 de octubre, que un avión U-2, según se informó, por casualidad, tomó las famosas fotografías de los sitios de lanzamiento en construcción. Sin embargo, estaban tan extendidos los comentarios de que había sitios de lanzamiento rusos en Cuba que hasta la revista Time publicó un artículo el 21 de septiembre mostrando un mapa de Cuba salpicado de misiles tierra-aire soviéticos, principalmente en la parte occidental de la isla, al oeste y al sur de La Habana. [Las cursivas son de González]
González va más allá y apunta a “la posibilidad de que, como los misiles en la película de Costner, los misiles estratégicos soviéticos en Cuba fuesen de juguete.” Y dice que habría sido más correcto llamar a lo que se veía en las fotos “objetos cuya imagen fotográfica se parece mucho a la de misiles estratégicos soviéticos”. Porque, ni por parte de los americanos ni de ninguna tercera parte independiente, “[l]os misiles jamás fueron tocados, olidos o pesados. Sus componentes metálicos y electrónicos jamás fueron comprobados; la radiación de sus cabezas nucleares jamás fue registrada; su señal térmica jamás fue verificada”. Y es que, aunque la tecnología para detectar la radiación de esos misiles ya existía en la época, los aviones espía americanos que realizaron vuelos bajos jamás la detectaron y “los informes de la CIA de esa época negaron una y otra vez la existencia de cabezas nucleares en Cuba”.
Simplemente se aceptó la validez de unas fotos que mostraban unas instalaciones tan secretas que los rusos jamás dejaron entrar en ellas a los cubanos pero que los americanos habían fotografiado a plena luz del día.
Jamás intentaron detectar la radiación de las cabezas nucleares en Cuba porque estaban muy seguros de que no había artefactos nucleares en la isla. De hecho, esta […] posibilidad es la única que explica plenamente el extraño comportamiento de Kennedy de no imponer a los derrotados soviéticos la inspección física de los barcos que abandonaban la isla y que presuntamente devolvían los misiles y sus cabezas nucleares a la Unión Soviética.
Así que la respuesta militar americana que describe González no encaja mucho con el impresionante despliegue de alas del águila de Díaz. Según el cubano, Kennedy ordenó desactivar las cabezas nucleares de los misiles norteamericanos estacionados en Turquía para evitar accidentes. Y jamás alertó a los servicios de protección civil ni se interesó por conocer los códigos de lanzamiento de los misiles americanos.
Es más, en una fecha tan tardía como el 23 de octubre los rusos no habían puesto ni a sus servicios de protección civil ni a sus fuerzas armadas en alerta ni en Cuba ni en ningún sitio en todo el mundo.
Concluye González:
Los soviéticos eran maestros del engaño y la desinformación, y la maskivovka era una parte importante de la doctrina militar estratégica y táctica soviética. Algunos analistas de inteligencia occidentales sospechan que, en una fecha tan tardía como 1960, no sólo muchos de los misiles que desfilaban en la Plaza Roja eran de engañifa, sino que incluso algunas unidades de la recién creadas Fuerzas de Cohetes Estratégicos Soviéticos no portaban misiles auténticos. Los rusos tienen una larga tradición en lo del engaño. Uno debe recordar que fue el conde Grigori Aleksandrovich Potemkim el que creó los primeros decorados al estilo Hollywood.
30 de Julio de 2006
El gobierno de Sudáfrica ha aprobado la creación de la Agencia Espacial Sudafricana “para coordinar e implementar los programas científicos y tecnológicos del país”.
Justo lo que necesitaban, sí señor, un poco de cosmokeynesianismo y, con un poco de suerte, dentro de medio siglo estarán enviando robotitos teledirigidos que se pierden cuando los ingenieros confunden el sistema métrico con el imperial.
Traduzco el último párrafo del inglés:
La gente a la que se le humedecen los ojos con la resistencia a Franco en la Guerra Civil española son tontos. No impartaba, en realidad, quien fuese a ganar, España iba a perder de todos modos. Una calamidad en ambos bandos de la terrible guerra.
26 de Julio de 2006
La editorial Grito Sagrado está preparando la publicación en español de Anthem, la emocionante novela de Ayn Rand sobre el descubrimiento de la individualidad personal. Se le ha comparado a menudo con el 1984 de George Orwell, el Brave New World de Aldous Huxley o el We de Yevgeny Zamyatin. Y, sin embargo, los supera a todos en dramatismo, análisis, seriedad, inspiración y, sobre todo, en el final. Porque Rand no se limita a señalar un horror, ni a denunciarlo. Rand lo pulveriza atacándolo de raíz y, encima, ofrece una sólida alternativa. Anthem, es el himno por antonomasia a lo individual; a la dignidad individual, a la independencia personal, a libertad individual. Como escribí cuando lo reseñé, es un auténtico himno a la persona.
Esta vez no saldrá al mercado hispanohablante con el título ¡Vivir! sino como Himno ya que Luis Kofman, responsable de la traducción se ha esforzado en mantenerse fiel al original, lo cual, nos adelanta, se notará especialmente en los capítulos 10 a 13. Quién ya conozca la obra apreciará la dificultad de la labor traductora ya que la autora juega con el plural de las formas verbales y pronominales para recalcar la aberrante opresión colectivista.
La edición de bolsillo saldrá este septiembre y, como digo, llevará el título de Himno. En abril de 2007, según me informa la Dra. Rosa Pelz, manager de la editorial, publicarán la edición de lujo con ocasión de la Feria del Libro de Argentina, la cual incluirá una reproducción del original en inglés con las correcciones manuscritas de puño y letra de la autora.
Grito Sagrado ya lleva publicados en español varios libres sobresalientes de Ayn Rand y otros autores liberales, como puede consultarse en su catálogo. Y, ya están trabajando en Los que vivimos, Capitalism: The Unknown Ideal, Philosophy: Who Needs It, The Romantic Manifesto y Ayn Rand Answers, entre otros.
24 de Julio de 2006
"En todas las áreas donde hay mezcla de nacionalidades, la escuela es un premio político de suprema importancia. No se la puede privar de su carácter político en tanto sea una institución pública y obligatoria. De hecho, sólo hay una solución: el Estado, el gobierno, las leyes no deben intervenir de ninguna manera en la instrucción o educación. Los fondos públicos no deben ser utilizados para esos propósitos. La educación de la juventud debe ser dejada enteramente a sus padres y a las asociaciones e instituciones privadas".
23 de Julio de 2006
Es tan simple como contestar a un brevísimo cuestionario sobre política y luego cada día uno ha de resolver uno o dos asuntillos. Y la nación irá evolucionando según vaya respondiendo.
22 de Julio de 2006
Vía Perry de Havilland en Samizdata.
19 de Julio de 2006
Se trata del capítulo 11 íntegro, así que nadie se sorprenderá si digo que contiene spoilers, o más exactamente, contiene el spoiler por antonomasia del libro.
En cualquier caso, se trata de un hermoso monólogo sobre la importancia trascendental del individuo y, por lo tanto, de los terribles peligros que encierra el colectivismo.
Habíamos comentado varias veces con ellos que era una pena que en LRC fuesen tan rápidos a la hora de criticar el militarismo de Washington y, en cambio, jamás hicieran la más leve crítica a la violencia no americana. Es más, si alguna vez han criticado la violencia islamista casi siempre ha sido para decir o insinuar que no es más que una respuesta a la agresión yankee.
Felizmente, Shaffer aclara estos puntos en este artículo. Dice:
En una discusión sobre el sistema bélico, ellos [Rallo y cía.] hicieron una observación que requiere constante atención y énfasis: que al criticar los errores de los americanos en Irak no debemos pasar por alto el hecho de que las fuerza opositoras organizadas tienen ambiciones políticas propias; y están tan preparadas para inflingir muerte, sufrimiento y destrucción a la gente inocente como los Estados Unidos.Más adelante, Shaffer nombra a Al Qaeda y Hezbolá como dos organizaciones que usan la fuerza no en defensa propia sino para ejercer poder sobre la población local.
Me habría gustado que hubiese añadido explícitamente que la violencia islamista no es una reacción a la occidental sino que la precede cronológicamente pero, como digo, este artículo ata cabos que llevaban sueltos demasiado tiempo.
¡Gracias, simpáticos!
18 de Julio de 2006
Han usado una imaginativa tecnología inflable para abaratar costes drásticamente... y está funcionando a las mil maravillas. Parece que, capitalismo mediante, se avecinan tiempos interesantes en el espacio exterior.